Ciudad

Un gran aporte

Un bar céntrico entrega comida a personas que están en situación de calle

La decisión fue tomada por la dueña después de registrar que cada vez eran más quienes pasaban por el local a pedir. “Las sobras no hacen a un plato digno. Decidimos cocinar y dar lo que podemos a la gente que la está pasando muy mal", dijo


Un bar del centro de Rosario empezó esta semana a entregar raciones de comida a personas en situación de calle o que no tienen para comer. La decisión fue tomada por su dueña después de registrar que cada vez eran más quienes pasaban por el local a pedir sobras. Arrancaron esta semana y entregaron 20 viandas calientes durante cuatro días. “Las sobras no hacen a un plato de comida digno. Decidimos cocinar y dar lo que podemos para ayudar a la gente que está pasando por un muy mal momento. No sabemos si lo vamos a poder hacer todos los días pero lo vamos a intentar”, dijo Patricia, a cargo del local, ubicado en Santa Fe y Entre Ríos. La crisis económica y social pegó también en la organización Rosario Solidaria, que en un año tuvo que duplicar las raciones que entregan en cinco zonas de la ciudad para personas en situación de calle. Hacen 1600 viandas por semana y no dan abasto porque a la demanda creciente se suma el aumento en los costos de producción de los platos.

En diálogo con El Ciudadano, Patricia de 46 años, contó que en el bar venían registrando que cada vez eran más las personas que se acercaban a pedir sobras de comida. “Son de todas las edades. Vienen desde personas solas hasta familias enteras. La situación está muy difícil. No sólo hay cada vez más gente viviendo en la calle, también creció la cantidad de vendedores ambulantes de todo tipo. Y los sobrantes son pocos y no alcanzan para un plato digno”, dijo la comerciante.

Ante el panorama de crisis, el lunes en el bar pusieron un cartel en la puerta que decía: “Si estás en situación de calle podés venir hoy entre las 11 y las 12 a buscar un plato de comida”. Cocinaron 20 raciones de comida y las entregaron en ese horario. Los platos se agotaron enseguida y al día siguiente repitieron la acción solidaria. Desde las 11 ya había gente haciendo cola.

Incluso, hubo personas que llegaron más tarde y ya se habían quedado sin platos. Arroz con menudos, polenta y guiso fueron algunas de las comidas que entregaron el lunes, martes, jueves y viernes. “El miércoles no llegamos a hacer. La idea es dar de lunes a viernes, pero hay veces que no damos abasto”, explicó.

Patricia aclaró que no piden colaboración ni donaciones. “Lo vamos a hacer mientras podamos con lo que tenemos. Es un momento muy difícil y en el bar nos cuenta todo el doble porque aumentó todo, pero hacemos el esfuerzo para ayudar con lo que podemos. Mientras podamos hacerlo lo vamos a hacer para que la gente tenga una comida caliente. Sólo recibimos agradecimientos, no queremos que nos den nada”, señaló. La semana que viene volverán a cocinar e intentarán cubrir las 20 raciones de lunes a viernes.

Ni en 2001

Patricia tiene el bar de Entre Ríos y Santa Fe desde hace ya 10 años, y nunca había vivido una crisis así. “En el 2001 no tenía comercio pero no  recuerdo la cantidad de gente en la calle que hay ahora. Da mucha tristeza y creo que todos tenemos que ver cómo podemos ayudar a quienes están pasándola peor. Nosotros la sufrimos en el bar, pero no es lo mismo que no comer”, opinó.

Del bar viven 8 familias y pagar los sueldos es cada vez más costoso. “La esperanza la tenemos todos de que esta situación se pueda revertir lo antes posible. Pero mientras en lo que podamos ayudar lo hacemos para que algunas personas puedan comer todos los días algo”, insistió la mujer.

Más gente en la calle

Desde hace diez años todos los martes y jueves la organización civil Rosario Solidaria entrega raciones de comida en cinco puntos de la ciudad para personas que viven en la calle y no tienen para comer. En el último año tuvieron que duplicar la cantidad de viandas por el aumento de la demanda. Hoy hacen 800 raciones para cada día. Las zonas de entrega son La Terminal, Pichincha, bulevar Oroño, el Planetario y un sector del centro.

“En un año se desplomó todo. Es muy difícil hacer un abordaje integral persona a persona como veíamos haciendo. Hay mucha más gente en la calle y no hay distinción. Vienen a pedir comida jubilados, niños, grandes, adultos, mamás y familias enteras. Estamos haciendo malabares para atender la demanda”, explicó Richard Camarasa, uno de los responsables de la organización.

Camarasa agregó que no están contando con las partidas alimentarias de del gobierno nacional y que el crecimiento desmesurado de la cantidad de personas hace que la comida sea escasa. Además, los costos de producción de las viandas se duplicaron.

“Vivimos de las donaciones. Eso nos permite seguir sino sería muy difícil para las organizaciones como las nuestras. La situación es crítica y vemos difícil el invierno pero es un desafío más que vamos a enfrentar”, agregó.

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