Sociedad

Lo acusan de vagabundo

Un argentino lleva cinco meses preso en África por tener el pasaporte vencido

Nicolás Bossie tiene 32 años y desde hace 10 que recorre el mundo. La familia sostiene que no se pueden comunicar con él y que no le permiten su liberación o extradición


Un argentino está detenido desde hace más de cinco meses en Malí, un Estado sin litoral situado en África Occidental que tiene como su capital a la ciudad de Bamako, por tener el pasaporte vencido y ser un “vagabundo” por no poder acreditar lugar y ocupación estable para estar en el país.

Nicolás Bossie tiene 32 años y desde hace 10 que recorre el mundo. Primero comenzó su travesía por Latinoamérica y hace unos años decidió emprender viaje por Europa, Oceanía y África.

Durante sus viajes realizó diversos trabajos como  mozo, cocinero en restaurantes y hasta en la labor del campo, y nadie le había prohibido su ingreso hasta este momento.

Todo cambió cuando Nicolás quiso ingresar a Malí desde Senegal y allí las autoridades le advirtieron que tenía el pasaporte vencido y que para el país eso era una contravención penal por lo que iba a ir preso. Asimismo indicaron que al no tener un lugar donde iba a vivir y un trabajo estable se trataba de un vagabundo.

El tema en cuestión es que la familia sostiene que desde que está detenido no se pudieron comunicar con él y que Malí al no tener embajada argentina ralentiza aún más el pedido de excarcelación o extradición.

La familia recibió una carta documento de la Cancillería argentina el pasado 19 de mayo donde les comunicaban que su hijo estaba detenido luego de internar cruzar la frontera indocumentado. Ahí mismo les indicaron que debían ponerse en contacto con la Embajada argentina en Nigeria.

“Nos dijeron que allá no tener documentación es un delito penal, y desde aquel momento está preso y no le permiten hablar con la familia ni hemos conseguido un abogado”, contó su tía, Karina Lombardo.

La últimas vez que hablaron con Nicolás fue el 13 de mayo cuando él les avisó que emprendería viaje hacia la región de Kayes. Seis días después cuando quiso cruzar de Senegal a Malí, la Policía lo detuvo y nunca más pudieron comunicarse: “Estaba en la calle, con su mochila, su bolsa de dormir y sus libros, cuando lo detuvieron. Pasaron cinco meses y no hemos podido volver a hablar ni verlo”, señaló Karina.

Hasta el momento solamente obtienen información de cómo está Nicolás gracias al asistente social de la cárcel, Sekou Maril, que se comunicó en inglés con ellos y les aseguró que está bien y que ya sabe que están pidiendo su extradición.

“Desconocemos cómo funciona la justicia allá. Mi sobrino iba a tener una audiencia el 2 de agosto para definir su situación procesal pero nunca se llevó a cabo y tampoco fue reprogramada”, informó la tía.

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