Diciembre comenzó con la divulgación de datos positivos de distintos aspectos de la economía, y las buenas noticias prometen continuar. Nadie duda ya de que lo peor de la crisis quedó atrás y que comenzó la fase de la recuperación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la buena evolución de estos indicadores no responde a un boom, como algunos números parecen mostrar.
Por caso, el 3 de diciembre el titular de la Afip, Ricardo Echegaray, festejó que la recaudación durante noviembre había retornado a la senda de crecimiento de dos dígitos, cuando los ingresos fiscales se incrementaron un 20,5 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado. Fue la primera vez que el ritmo de aumento superó el 20 por ciento en 2009, ya que buena parte de la evolución interanual no llegó en los meses anteriores siquiera a un 10 por ciento.
Pero al observar el monto de la recaudación de noviembre, de 26.093 millones de pesos, el valor es un 1,2 por ciento menor que el de octubre. ¿Por qué a pesar de esta fuerte suba interanual la variación mensual volvió a ser negativa? Es que noviembre y diciembre de 2008 fueron los meses donde mayor impacto se sintió de la crisis internacional en la Argentina, luego de que a mediados de septiembre quebrara el banco de inversión norteamericano Lehman Brothers. A este hecho internacional se sumó que en octubre el Gobierno anunció el fin de las AFJP y estatizó los fondos previsionales. Más allá de que no existían muchas dudas respecto al mal funcionamiento del sistema privado de jubilaciones, la decisión oficial, al afectar los derechos de propiedad, significó un golpe a la confianza que provocó salida de capitales y agudizó el escenario económico local, ya que implicó que muchos sectores sintieran la restricción del financiamiento y la caída de sus exportaciones.
Fue así que el último período del año pasado sentó un piso bajo de comparación para que la recaudación, entre otros indicadores, muestre ahora un incremento significativo. Entre esos meses se marcó un punto de quiebre de la economía.
Además del incremento en los ingresos fiscales, otro indicador que registró una suba importante durante este mes fue el sector automotriz. Mientras que en diciembre del año pasado la producción sufrió una baja de 47,3 por ciento con respecto al mismo mes de 2007 (y se llegó a fabricar 26.716 vehículos), en noviembre de 2009 –según el último dato difundido por Asociación de Fábricas de Automotores– la comparación interanual pasó a un terreno positivo cuando creció un 32,1 por ciento, con 56.493 autos. También las exportaciones de vehículos se incrementaron un 41 por ciento durante el mes pasado, mientras que a fines de 2008 cayeron un 40 por ciento.
El sector siderúrgico fue otro que retomó la senda del crecimiento, aunque en este caso el valle se registró en febrero cuando la producción de acero crudo bajó a 256.600 toneladas. En cambio en octubre –según el último dato difundido por el Centro de Industriales Siderúrgicos (CIS)– este número subió más de un 40 por ciento, cuando alcanzó las 430.600 toneladas de acero.
Sin embargo, hay un dato que inevitablemente será negativo en diciembre (que se conocerá a mediados de enero): el del resultado fiscal. Como todos los años, el Gobierno atrasa pagos (que se conoce como creación de deuda flotante), que los concreta en el último mes del año. Así, para este mes se estima que el déficit llegaría a los 5.000 millones de pesos (frente al magro superávit primario logrado en octubre, según el último dato difundido, de 702 millones de pesos), aunque el rojo debería ser aún mayor de no haberse optado por la firma, a mediados del mes pasado, de un decreto de necesidad y urgencia que habilita al Gobierno a tomar fondos de distintos organismos estatales, como es el caso de la Ansés, una de las cajas favoritas.
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