Ciudad

Un almuerzo que llegó de la huerta a la mesa

La Red de Huerteras y Huerteros de rosario sirvió alimentos “frescos y libres de agroquímicos” en el bar Sunderland.

“Es la primera vez que estamos solos. Nosotros somos los cocineros, los mozos y los que pusieron los manteles; disculpen si tuvimos alguna falla”, dijo con humildad una de las representantes de la Red de Huerteras y Huerteros de Rosario, ella misma vestida con delantal, antes de seguir sirviendo los postres. Y el cerrado sonido de aplausos que siguió a sus palabras fue una de las gratificaciones que cosecharon durante la jornada de ayer, cuando concretaron con éxito su “Almuerzo saludable y solidario” en el centenario bar Sunderland.

La convocatoria de ayer a consumir alimentos “frescos, libres de agroquímicos y elaborados con afecto por huerteras y huerteros de la ciudad” forma parte de una serie de actividades para reunir fondos para un nuevo viaje de “intercambio”. Es que así quienes trabajan en las huertas comunitarias rosarinas lograron hacerse del principio mismo que les dio origen y sustento: las semillas.

La Red cuenta hoy, por ejemplo, con variedades de choclos de color morado, blanco, amarillo y naranja. Los primeros granos los obtuvieron en distintos viajes de intercambio que fueron realizando, pero una vez en sus manos los plantaron y los reprodujeron, con lo que las distintas variedades –que se cuentan por docenas en el maíz, una planta autóctona– pasaron a formar parte de su propio banco de semillas. La misma lógica utilizaron con distintas clases de ajíes, desde muy dulces a muy picantes, y con distintos tamaños, formas y colores. También con las calabazas, de las que ya atesoran variedades imposibles de encontrar en una verdulería comercial.

Con todo un haber de las llamadas plantas medicinales, plantas aromáticas y plantas alimenticias las huerteras y los huerteros van por más: no sólo son un resguardo “urbano” de una biodiversidad que se está perdiendo a ritmo acelerado en el medio rural, sino que producen y comercian “a precio justo” alimentos saludables, además con variedades nativas que son dejadas de lado por las grandes cadenas productivas.

La semana pasada, la Red hizo una campaña pública invitando a los rosarinos a sumarse a otra red, la de “madrinas y padrinos” de sus semillas. La invitación consistía en llevarse un paquete con semillas de alguna de las cientos de variedades de vegetales que están en sus manos, plantarlas, regarlas, cuidarlas y devolver las semillas que cada planta les dé. Además, claro está, de consumir como alimento las plantas que amadrinaron y apadrinaron.

Ayer la actividad se completó al servir en la mesa, cocinados y crudos, los alimentos que la misma Red consiguió, plantó, cosechó y almacenó para seguir el ciclo. Y el escenario fue el legendario y centenario bar Sunderland, que hoy sólo se abre como salón de fiestas y que esta vez fue “prestado” para la actividad por su propietario.

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