Edición Impresa

Un “Terraplén” de talentos

El productor y ganador de dos premios Oscar Gustavo Santaolalla consideró que su nuevo proyecto musical, que mezcla el folclore con la música electrónica, es “un sueño realizado y compartido con otros artistas”.

El productor y ganador de dos premios Oscar Gustavo Santaolalla consideró que su nuevo proyecto musical, Terraplén, que mezcla el folclore con la música electrónica, es “un sueño realizado y compartido con otros artistas”.  Terraplén, grupo que ya editó el disco homónimo, es un proyecto compartido con su socio, Aníbal Kerpel, y tiene como compositores y músicos a Gaby Kerpel, Diego Vainer y Daniel Martín.

Gaby Kerpel fue uno de los primeros en mezclar folclore con máquinas y lo hizo de manera notable en el disco Carnabailito, además de componer la música para los grupos teatrales De la Guarda y Fuerza Bruta.

Vainer viene del rock con sus proyectos Todos al Obelisco y La Montaña, además de tener una larga trayectoria como productor del rock indie argentino. Por otra parte, Vainer ha participado de todos los discos de El Otro Yo y Rosario Blefari, y es una figura emblemática de la Unión de Músicos Independientes (UMI), por su trabajo en apoyo a la autogestión  de los músicos argentinos.

Daniel Martín es mendocino y formó el grupo Caín Caín junto a Fernando Barrientos, compuso la música de varias películas y se ha dedicado a producir a artistas folclóricos mendocinos y a mezclar música.

Contó Santaolalla a la agencia de noticias Télam: “Hace cuatro años, con Aníbal, los juntamos a Gaby, Daniel y a Diego y les dijimos: «Queremos hacer esto, conózcanse, pásense música, charlen mucho y empiecen a componer»”.

“Nosotros dijimos: «Este tipo está loco». Conocíamos el trabajo de cada uno, aunque no nos habíamos visto personalmente. Pero la tecnología simplificó las cosas. Lo nuestro fue muy de laboratorio: el estudio fue otro integrante del grupo”, resumió Martín.

Mientras que Kerpel precisó: “Nos mandábamos archivos de audio, les agregábamos cosas, luego nos juntábamos, las tocábamos, mandábamos eso a Gustavo y a Aníbal y ellos cambiaban o agregaban”.

Para el nuevo proyecto, Santaolalla y Aníbal Kerpel se reservaron el rol de directores musicales, aunque a diferencia de Bajo Fondo Tango Club fueron muy respetuosos de la poderosa identidad musical de los tres integrantes. En el inicio, Santaolalla le regaló a cada uno de los miembros unos discos de Waldo de los Ríos que no fueron reeditados, y que mezclaban en los años 60 el folclore con algunas cosas electrónicas.

“Esos discos de Waldo de los Ríos son maravillosos: Folclore dinámico, Bailamos folclore, el 1 y el 2, son discos verdaderamente geniales”, opinó Santaolalla.

De hecho, las 13 canciones están compuestas por Vainer, Martín y Kerpel, sumadas a mezclas con coplas tradicionales. Respecto de la incursión en un género donde sus intérpretes son tan ortodoxos como el folclore, Aníbal Kerkpel resumió: “Nosotros ya venimos curtidos por Bajo Fondo Tango Club, y los tangueros tradicionales pueden ser terribles cuando quieren”.

Dice Santaolalla: “El prejuicio es una cuestión de marketing: cuando hacés una obra, querés que le llegue a la mayor cantidad de gente, que la disfrute y les guste”.

En el álbum cantan Bárbara Palacios, del grupo de rock y folclore Semilla; la folclorista mendocina Sandra Amaya, y la cantante de folclore y cumbia La Yegros, además de Fernando Barrientos.

Bárbara Palacios ilumina el disco en las chacareras “Tabla rota” y “Todo me da igual”, mientras que Amaya le pone mucha dulzura a canciones más relajadas como “Quita la pena” y “Vidala 112”.

Por su parte, La Yegros pone ritmo de cumbia y sus ancestros litoraleños en la canción “Uy uy uy”, de Daniel Martín, mientras que Barrientos arregla “Lunita y barro”.

Terraplén se suma una serie de grupos que han modernizado el folclore entre los que se destacan Semilla, el estupendo combo Doña María, el electrónico Tremor, Arbolito, Imperio Diablo, Santa Diabla y el Vislumbre del Esteko.

La mayoría de estos grupos participa en las denominadas peñas electrónicas y algunos, como Doña María, ya incursionan en folclore latinoamericano buscando ritmos del Perú, Colombia y Venezuela.

Comentarios