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Un “meeting” sólo para ellas

“Rosarito Brunch” tuvo su inicio en la red social Facebook y hoy realiza reuniones mensuales con el fin de comunicarse y tener nuevos contactos. Sólo se aceptan a emprendedoras inteligentes y creativas.

Se creó un sitio en Facebook que reúne a mujeres emprendedoras, quienes tengan cosas que compartir o aprender. El mismo tiene más de 2 mil adherentes y recorrió el mundo con cada una de sus integrantes. Se trata de Rosarito Brunch, una idea publicada en la web el 10 de junio pasado y que tiene como objetivo la comunicación entre mujeres con fines laborales y/o sociales. “Cada mujer puede unirse a Rosarito Brunch por necesidad. El beneficio es de cada una, de integrarse, de conocerse, de compartir contactos que siempre te van a servir”, resumió la creadora de esta iniciativa: Graciela Ducca.

A Ducca muy pocas la llaman por su nombre. Hoy ella es conocida como Rosario o Rosarito, tal el nombre de su emprendimiento que con el correr de los días sigue sumando féminas con interés en crecer en lo personal y profesional.

Ducca se dedicó por décadas a la publicidad, su llegada a los medios de comunicación y a los mismos consumidores. Luego se dedicó a espacios denominados “para la mujer”, donde se trabajó las distintas temáticas que afectaban a las mujeres contemporáneas. Hoy todas se comunican por el Networking (que en inglés significa “hacer uso de” o “contactos”). “Me di cuenta hace un tiempo que siempre he sido usada, explotada, pero sin un objetivo. Es decir, vi que estaba trabajando y comunicando, pero eso no me terminaba de conectar con la persona del otro lado que estaba leyendo lo que publicaba o bien lo que vendía”, sostuvo Graciela Ducca en diálogo con este medio.

En medio del conocimiento de su realidad, la mujer decidió sentarse frente a la computadora y escribir qué esperaba de su labor, de sus contactos y de a poco fue vislumbrando algunas ideas sobre cómo difundir ese objetivo que tenía en mente. Así nació Rosarito Brunch. El término, explicó, es una mezcla entre “breakfast” (desayuno) y “lunch” (almuerzo). “En Estados Unidos se usa mucho este término en cuanto a reuniones laborales y sociales, es por eso que me pareció piola la idea de instalarlo en la ciudad parta las mujeres que quieran relacionarse con sus pares”, dijo.

Cada reunión, o brunch, mensual, reúne a unas 40 mujeres (no siempre son las mismas) que hacen una muy breve presentación. “Hablamos sobre temas en común o bien sobre algunas opiniones, sugerencias, ideas que aparecen sobre las actividades de las presentes o de sus anhelos y realizamos el intercambio de tarjetas personales”, comentó la creadora del sitio web.  La próxima será el 25 de septiembre (ver aparte).

Una para todas

Entre las reuniones surgieron varios ejemplos de conexión entre las “rosaritos”. “Por nombrar sólo unos casos, una mujer tenía la idea de tener su propia empresita, es muy buena en las manualidades, pero no sabía qué tipo de producción realizar ni cómo darla a difundir. En la misma mesa algunas le sugirieron que haga souvenirs infantiles y otras le dieron ideas sobre la difusión. En la segunda reunión la microemprendedora fue con algunos muñecos en porcelana fría y sus tarjetas personales impresas. Eran bellísimas”, recordó.

Por otro lado, se supo que una mujer que tenía una boutique en su casa, fue asesorada por otra en la mesa sobre cómo debía estar en regla con sus impuestos al no tener su negocio en un local como todos, para evitar así grandes problemas de cabeza.

En cuanto a las tarjetas personales, Graciela Ducca mencionó: “Deben ser diseñadas lo más fieles a una misma. Que por esa tarjeta se sepa quién sos”.

El objetivo

“Sólo aceptamos mujeres en nuestro grupo. Este espacio es nuestro y sólo nuestro”, sostuvo la creadora de Rosarito Brunch. Asimismo, explicó que las que se suman deben sentirse identificadas con una mujer “emprendedora, creativa e inteligente, con o sin trabajo”.

Con esta idea, Ducca busca “humanizar la globalización”. “Con esto de las nuevas vías de comunicación la gente pierde el contacto personal y las relaciones humanas se enfrían mucho, en cambio, por medio de Rosarito, generamos lazos. “En cada reunión nos reímos de cosas raras y evitamos todo lo que puede hacernos mal, como la envidia o la competencia. Nos presentamos por medio del «discurso en el ascensor»: una persona tiene dos minutos, (como en un ascensor), para venderles un producto: presentarse, desarrollar y cerrar. Entonces decidimos tomarnos esos dos minutos cada una para presentarnos y comentar por qué llegamos a Rosarito y cerrar para dar paso a la compañera que tenemos al lado”, explicó.

En tanto, relató que en cada reunión surgen muchas emociones de acuerdo a las ideas y alegrías de muchas y confusiones de otras que quieren salir adelante en su situación laboral y no encuentran la vuelta. “En cada reunión surgen también las emociones, no olvidemos que las mujeres somos muy sensibles por naturaleza, somos transparentes y seguimos siendo el eje del hogar. Por eso nos dedicamos una tarde especial para hablar sólo de nosotras”, remató.

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