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UE planea ajuste en Grecia

El presidente de la Comisión Europea habló de la necesidad de medidas “impopulares” de las que no se “podrá escapar” y del peligro de un “populismo reinante” que hace difícil poder aplicar las recetas.

La Unión Europea (UE) ultimará los detalles de la probable ayuda financiera a Grecia en la reunión que mantendrán en Madrid a fines de la próxima semana los ministros europeos de Finanzas, anunció ayer el presidente de la Comisión Europea (CE), el belga Herman Van Rompuy. El mismo representante consideró que la supervivencia del modelo europeo necesitará de “medidas impopulares”, de las que “no se podrá escapar”. En tanto afirmó que “el gran peligro es el populismo reinante”, que hace difícil tomar esas medidas.

“El modelo europeo no puede sobrevivir sin un crecimiento económico más fuerte. Ni Europa puede jugar un papel en el mundo sin más fuerza económica”, afirmó Van Rompuy en declaraciones al diario español El País.

“El gran peligro es el populismo reinante y, en consecuencia, la falta de compromiso europeo. El populismo hace difícil tomar las medidas que habrá que adoptar para el futuro de Europa. Cuando veo la agenda económica, las reformas que hay que hacer, los desafíos presupuestarios… veo que estamos obligados a tomar medidas impopulares”, añadió.

Los 27 estados europeos acordaron establecer un mecanismo de ayuda a Grecia, sólo como último recurso, si el país no obtiene créditos del mercado internacional.

El monto de esa ayuda, créditos bilaterales voluntarios de los miembros de la eurozona, se eleva a 23.000 millones de euros, de los cuales cerca de 10.000 provienen del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“El acuerdo tiene que estar listo para ser aplicado”, urgió Van Rompuy en declaraciones a varios diarios europeos.

El ministro de Finanzas de Grecia, Giorgos Papakonstantinou, se apresuró a aclarar que su país no planea de momento apelar a la ayuda europea. Sin embargo, en los mercados financieros persiste el temor a la suspensión de pagos de los helenos.

Los intentos del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el gobierno griego por calmar las aguas fueron prácticamente infructuosos y no consiguieron mejorar de forma sustancial las condiciones para Atenas en el mercado de capitales.

Grecia es el país más endeudado de los 16 de la zona euro, con un déficit presupuestario de cerca de 13 por ciento del Producto Bruto Interno, 10 puntos por encima del umbral estipulado por el Pacto de Estabilidad de la UE.

El gobierno del primer ministro Giorgos Papandreou dispuso un duro plan de ajuste para reducir el déficit al 8,7 por ciento que incluye medidas muy impopulares como el aumento del Impuesto al Valor Agregado, el congelamiento de las jubilaciones y los recortes salariales a los empleados públicos.

Según cifras actuales, el déficit presupuestario griego se redujo en el primer trimestre del año en un 40 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado, de 7.100 a 4.300 millones de euros.

Sin embargo, las medidas produjeron un gran rechazo en la sociedad que tiene una larga trayectoria de lucha sindical y de izquierda.

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