El primer partido es casi una prolongación de la pretemporada.No admite una opinión contundente. Nada más deja algunos mensajes.
El primero viene de la antigüedad y dice que si no se puede ganar, tampoco hay que perder el partido. Independiente no llegó jamás, por su propia impericia, pero también porque en su búsqueda permanente Newell’s no se regaló.
Lucas Bernardi fue muy clarocuando dijo que, “Maxi tendrá que acostumbrarse al fútbol argentino”. Está muy claro que no es el mejor, pero posiblemente sea uno de los parejos y duros. Boca dio una enorme ventaja física por su controvertida gira por Venezuela, y Quilmes casi con el mismo equipo que logró el ascenso, lo goleó.
A la Fiera Rodríguez ya le hicieron sentir la presión del juego. La idea de Cristian Díaz, técnico del Rojo, fue taparle los posibles receptores a Bernardi (el dueño de la pelota). Lucas nunca encontró pases importantes, Rodríguez y Pablo Pérez fueron encimados y los avances terminaron en pelotazos inofensivos.
Newell’s pudo ganar por insistencia, pero falló en creatividad. Nulo lo de Sperduti por el medio, y solo inquietó cuando Vangioni se soltó en el complemento. Por posesión de pelota dominó el partido territorialmente, pero no pudo controlar el juego.
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