Las calles de la capital Libia están semidesiertas y las autoridades decidieron transferir a los periodistas extranjeros desde el hotel Corinthia al Rixos, en la periferia sur de la ciudad.
La jornada de ayer reflejó contradicciones en el seno del poder familiar. Mientras el líder Muammar Kaddafi anunció que iba a “armar al pueblo”, su hijo Saif al Islam anunció una ofensiva contra el este del país, donde las tropas del clan no tienen ya casi presencia. Pero luego cambió el mensaje por el llamado a encontrar “soluciones pacíficas”.
En estos momentos Kaddafi controla, además de Trípoli, las ciudades de Gadames, Sebha y Sirte, su ciudad natal, entre otras pocas, ya que el resto está en manos de los rebeldes.
Sin embargo, el mismo hijo de Kaddafi aseguró que sólo hay “problemas” en dos localidades del oeste: Misrata y Zawiya. “Estamos tratando con terroristas”, aseguró. “El Ejército ha decidido no atacar a los terroristas y dar una oportunidad a las negociaciones”, prosiguió.
Comentarios