El Hincha

Superliga

Tres puntos que valen oro: Newell’s ganó y logró oxígeno

La Lepra venció al Matador de Victoria: no brilló, pero fue efectiva. ¿Las malas? Se lesionaron Pocrnjic en la entrada en calor, a los 5 minutos Sarmiento y a los 15 Bianchi. ¿Los goles? Héctor Fertoli y Luis Leal; San Román en contra marcó el descuento


Sufrir para poder gozar, o al menos respirar más aliviado. Newell’s se sobrepuso a la mala onda que le presentó la tarde en el Parque y derrotó a Tigre 2-1 en un partido que puede tener mucho valor para la tabla de promedios de la próxima temporada.

Los malos augurios que presentó rápidamente el partido, con la insólita lesión de Pocrnjic antes del inicio, la fractura de Sarmiento y la salida tempranera de Bianchi no hicieron mella en el ánimo del equipo. Y ese tal vez sea el mayor mérito a la hora de justificar una merecida victoria. En un Newell’s tan vulnerable en el espíritu, sobrellevar tantas contrariedades no debe pasar inadvertido. Lo hizo, y por eso ganó.

Desde lo táctico De Felippe tiene su medalla. Presionó rápido a Menossi y los zagueros rivales en la salida y bloqueó los accesos a Cachete Morales y Pérez García. No necesitó que Torres jugara de cuatro bis, lo hizo cerrar más adentro y con el doble cinco armó un cerco insuperable. Y así, Luna y Fede González ni la tocaron.

Faltaba resolver el tema del gol. Y lo logró tras un rebote luego de un córner. Por una vez un jugador leproso estuvo atento a una segunda jugada en el área y con un remate al rastrón Fertoli puso el 1-0.

Ahí se vio la mejor versión leprosa. Con toques, movilidad y rápida búsqueda de llegar al área rival por afuera. Y llegó el 2-0, tras un pase preciso de Joaquín Torres a Leal, que tuvo oficio para deshacerse de Canuto y fusiló a Chiarini.

Pero a este Newell’s no le sobra nada. Y ni siquiera un partido controlado ante un rival de pocos argumentos puede resultar un trámite. Y de la nada, San Román atropelló una pelota en un cierre desprolijo y anotó el descuento de la visita. Lo que no pudo hacer Luna, lo logró San Román. Y la Lepra empezó a preocuparse.

Hubo cierto desconcierto. Evangelista contribuyó con pases a los rivales dejando mal parado a su equipo y el cansancio general también fue factor. Pero Tigre careció de argumentos para asustar a Ibáñez y Fontanini se encargó de resolver las pocas veces que la visita ideó algo inquietante.

Faltó capacidad para cerrarlo antes. Y De Felippe se quedó muy temprano sin cambios y no pudo ayudar desde el banco. Pero no importó. Porque el calvario leproso tuvo un final feliz. Y si bien pensar que se llegó a la tierra prometida es exagerado, el sábado de gloria trajo un alivio necesario. La Lepra no se abstuvo de ganar, esa es una gran noticia.