Tres de los 33 mineros que fueron rescatados ayer de la mina San José, en el norte de Chile, tras 70 días de permanecer bajo tierra, fueron dados de alta esta tarde del Hospital de Copiapó, en tanto un parte médico adelantó que “en general el estado de salud de todos es bastante bueno”.
“Están dados de alta desde el punto de vista del hospital”, aseguró el subdirector médico de ese centro de salud, Jorge Montes, quien no dio precisión de horario de salida ni de los nombres “por una cuestión de privacidad de ellos y de sus familiares”.
En general “todos están bien y se están alimentando normalmente”, y anticipó que “saldrán en un corto plazo, en la semana, si no hay ningún inconveniente”.
Sobre los tres mineros que ya están dados de alta, dijo que “sólo requieren los cuidados que necesita una persona que fue sometida a un fuerte estrés”, y añadió que “pueden realizar actividad física normal”.
El subdirector médico, que ofreció una conferencia de prensa en las puertas del nosocomio frente a una multitud de medios de comunicación nacionales y extranjeros, aseguró que “el estado psicológico de los mineros no se puede prever”.
“Los trabajadores estuvieron sometidos a un gran estrés, pero esas secuelas no se ven en el corto plazo”, precisó tras añadir que “no todos responden de la misma manera, pero pueden presentar estrés postraumático”.
Por su parte, los 33 mineros fueron visitados hoy por sus familiares en el hospital, quienes al salir coincidieron en que “todos están bien, felices, y ya se sacaron los lentes y ven bien”.
Entre los familiares que visitaron a los mineros en el hospital de Copiapó, un centro de salud que ocupa una manzana y tiene dos entradas, estaba la mamá de Claudio Yañez, Margarita Fuentes, quien contó que le pidió a su hijo “que nunca más vuelva a una mina”.
“Lo visité esta mañana, lo vi bien, pero le pedí que nunca más vuelva a una mina”, precisó.
Asimismo, agradeció a todas las autoridades de los ministerios, asistentes sociales, intendentes, “que nunca nos dejaron solos ni desamparados a los familiares; se portaron
superbien”.
Por su parte Rosa Ibañez, mamá de Raúl Bustos, dijo que vio a su hijo “tranquilo”, y añadió que “nunca perdí la fe, Dios mueve montañas y esta vez movió la montaña para los 33 mineros, es un milagro de Dios”, y agradeció a todo Chile que se unió por ellos.
Los padres de Johnny Barrios, el minero que hizo las veces de enfermero dentro de la mina, aseguraron que lo vieron bien y “con ganas de irse del hospital”.
En tanto, en declaraciones telefónicas a la prensa chilena, uno de los mineros, Richard Villarroel, de 27 años, dijo que “estoy feliz porque puedo ver el parto de mi señora”, que está embarazada de 8 meses.
Recordó que cuando estaban en la mina, “el peor momento fue cuando escuchamos caer el segundo bloque, ahí nos dimos cuenta que la mina se había cerrado completamente; pensé que no veía más a mi señora y a mi hijo”.
Añadió que “José Henriquez fue uno de los hombres clave ahí abajo”, y que fue apodado el “pastor, porque daba mucho apoyo espiritual”.
Por la mañana, los mineros fueron visitados por el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien los invitó el lunes 25 a la sede gubernamental La Moneda, donde, según dijo, se recibe “solamente a los grandes” y para que “la gente les exprese en la plaza su cariño”.
En tanto, en conferencia de prensa Piñera aseguró que el “gobierno se va a ocupar” de la situación de los 33 mineros, al señalar que “nos haremos cargo de su reinserción laboral”.
“Me llegaron al alma las palabras de Luis Urzúa, el último minero en salir, que me dijo esto nunca más puede volver a ocurrir” recordó Piñera.
En este sentido, dijo que “nunca más en nuestro país vamos a permitir que se trabaje en condiciones tan inseguras e inhumanas como se trabajaba en la mina San José y otros lugares de nuestro país”.
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