Espectáculos

Tras los muros de un recóndito edificio

“La Arquitectura del Crimen”explora la transformación de la ex Jefatura de Policía y centro clandestino de detención en un espacio hoy diferente. El documental de Federico Actis se verá a las 20.30 en la Plaza Cívica.


Un edificio, un centro clandestino, un espacio de memoria: esas son las zonas sobre las que se apoya La Arquitectura del Crimen, una realización integral de la Secretaría de Producciones, Industrias y Espacios Culturales del Ministerio de Innovación y Cultura que dirigió Federico Actis (Los Teleférico) y que este viernes, a las 20.30, se estrenará en la Plaza Cívica de la Sede de Gobierno (San Lorenzo 1949) y el sábado 30 en el cine El Cairo (Santa Fe 1120), ambas con entrada gratuita.
“A fines del la última dictadura cívico militar, una operación de camuflaje tiene lugar en el Servicio de Informaciones, una oficina de la ex Jefatura de Policía que funcionó como centro clandestino de detención en pleno centro de la ciudad”, adelanta la sinopsis del film que hecha luz sobre un edificio invisible para muchos pero que está enclavado nada más y nada menos que en el centro geográfico y comercial de la ciudad.
Para muchos, todavía funciona allí la Jefatura de Policía, como dicta el cartel de su fachada, pero no es así. Sus áreas alojan al poder político en una ciudad que se hizo grande sin ser capital de provincia. “El poder político necesita tener ese edificio acá además de tener la Casa Gris en la Capital”, dijo Actis a El Ciudadano.
“En este edificio están todas las dependencias de gobierno político provincial. Y cuando ese poder estaba ocupado por el ejército seguía funcionando el gobierno de la provincia. El centro clandestino estaba ahí: es como pensar que la Esma esté dentro de la Casa Rosada”, analizó el director. Hace poco más de una década, comenzó a cambiar su imagen y a entenderse como un lugar de la memoria que hoy puede permitir transformarse en algo nuevo.
Ante la consulta de si pensó el film como medio de abrir puertas para hacer más visible un espacio oculto, el director dijo que el edificio estuvo siempre muy cerrado pero “en estos últimos 10 o 15 años, a raíz de la mudanza de la Policía, la demolición de parte de la vieja cárcel, y de la nueva inscripción en relación al espacio de memoria donde funcionó el centro clandestino, el edificio nos está abriendo las puertas de a poco”.
A partir de imágenes, archivos y testimonios de los sobrevivientes, el documental explora las marcas de la represión política y da cuenta de la importancia de preservar los espacios de memoria para garantizar la transmisión de hechos fundamentales de la historia contemporánea.
“Todos lo conocemos; algunos sentirán más esa carga represiva, negativa, pero al que no la siente también le aparece como un edificio camuflado. Es un edificio clave del poder y aún así nos cuesta ingresar”, analizó el director y destacó que “hacer una narración es un paso que ayuda a esa apertura y nos devuelve una historia interesantísima como la disputa del poder político con el de la Policía y el de la causa Feced, entre otras”.
Para Actis, el trabajo por la memoria también pasa por descubrir la arquitectura: “De ahí todos los proyectos, las señalizaciones de los espacios. Es algo de lo que la sociedad se está apropiando. Y la gente puede acceder a esos lugares para ver qué queda: es una arquitectura que no existe en la ciudad. Ir a recorrer esos lugares es muy fuerte. Se trata de habitar un espacio que no existía: existía como lugar represivo pero hoy allí hay otro espacio distinto”.

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