Ciudad

Tras la polémica, obligan a desmantelar el cartel sexista

Por Diego Montilla. Lo pidió el municipio porque no estaba habilitado e inflingía las leyes que prohíben mensajes violentos.

Cualquier automovilista que frene en el semáforo de Córdoba al 5600, antes de las vías, yendo en sentido oeste-este, a la altura del complejo de cines Village, acostumbrado a pasar de manera cotidiana por ese sector de la ciudad, va a notar a partir de ahora un faltante frente a sus ojos. Ocurre que luego de la polémica generada por la gigantografía publicitaria de la marca Fiorucci que mostraba el trasero desnudo de una mujer en primer plano con las manos esposadas en un cartel de grandes dimensiones colocado en la vía pública, lo que despertó la indignación de concejales y agrupaciones defensoras de los derechos de género, la Municipalidad decidió actuar de oficio y ordenó bajar el cartel por dos razones: no tenía permiso para su colocación y por infligir normativas nacionales que prohíben la difusión pública de imágenes que apelen tanto a la violencia explícita como a la simbólica.

Esto fue confirmado a El Ciudadano por el director de Inspección municipal, Rodrigo Gutiérrez, quien destacó que ni bien tomaron conocimiento de la presencia del cartel –cabe recordar que esto ocurrió tras un llamado de este diario y su publicación en la edición de ayer– se decidió actuar de oficio y se intimó a la empresa de publicidad que colocó la gigantografía “a que lo retire de manera inmediata”, según comentó.

“Estamos ante dos causales. Una porque no tenían el permiso municipal. Nosotros a veces en estos casos, si ese hubiera sido el único motivo de una contravención, podemos esperar a que la empresa se ponga en regla con los perjuicios que le corresponderían y darle un plazo más amplio para que lo quiten. Ocurre que en este caso, además este cartel estaba en contravención con una ley nacional y es por eso que obligamos a que se baje de manera inmediata mediante una intimación”, continuó el funcionario.

Frente al doble incumplimiento, la empresa de publicidad deberá pagar una multa tal cual lo establecen las normativas que rigen en la ciudad. “Hemos labrado un acta de infracción que deberá ser abonada por la empresa de publicidad como solidaria responsable con la marca de jeans”, explicó.

“¿Cuál fue la reacción de la empresa frente a esto y de qué monto estamos hablando?”, se le preguntó al director de Inspección del municipio. “La empresa acató la intimación de manera automática y no presentó ningún recurso ni apelación. Sobre el monto, estamos hablando de un rango muy importante en estos casos dentro del cual entra este incumplimiento de la norma que deberá ser abonado por los que cometieron la infracción”, respondió sin dar mayores precisiones.

La publicación de la nota sobre la gigantografía –y el posterior repudio de distintas voces de la ciudad– generó un amplio debate en las redes sociales y las páginas de internet de los distintos medios de la ciudad tomaron el tema. Tanto varones como mujeres dejaron distintas opiniones al respecto. “¿Y el pantalón que venden donde está?”, se preguntó uno de ellos en tono sarcástico; “Yo soy defensor del desnudo como expresión artística, pienso que es mostrar la belleza natural del ser humano, pero en este caso no lo justifico, no para una marca de ropa, y menos sumado a una fantasía de sometimiento. No estaría mal como propaganda de un sex shop, pero aun así tampoco. Hago este comentario porque es obvio que el propósito de esa imagen es la polémica y que la publicidad sea vista por todo el mundo y ese objetivo lo ha logrado, pero a costa de ensuciar el arte con motivos comerciales”, subrayó otro; “No parece ofensivo, más bien parece (por el detalle de las esposas) una mujer que se va a divertir con un juego sexual. No da la impresión que esté sometida ni que haya sido obligada. No veo la violencia, me parece que aún a cierta gente le molesta y ofende que otros disfruten y expresen lo lindo que es el sexo”, opinó por su parte una mujer apoyando la campaña publicitaria. Estas fueron algunas,  de entre las muchas apreciaciones a lo largo del día.

Por último –y como dato complementario– cabe destacar que la imagen de la polémica fue “tomada” del pasado y desde ahí viajó hasta Córdoba al 5600, ya que pertenece a una campaña que realizó la marca de jean en 1995 en Europa. La foto fue tomada por Roger Corona y según datos extraídos de la página de internet de la empresa de indumentaria “muestra un fondo de mujer «vestida» sólo con un par de esposas de peluche en color rosa. Un nuevo accesorio que funciona como un gracioso fetiche”,  se explica de manera escueta.

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