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Tras Florence, ahora preocupa la lluvia

Grandes inundaciones amenazan al sudeste de Estados Unidos. El huracán provocó 13 muertes en Carolina del Norte y Carolina del Sur. Las autoridades de las localidades más afectadas piden precaución a los evacuados.


Florence pasó este domingo de tormenta a depresión tropical, pero las fuertes ráfagas de viento y las lluvias intensas asustan.

El sudeste de Estados Unidos permanecía este domingo bajo la amenaza de inundaciones a gran escala, después del paso del huracán Florence, que se cobró la vida de más de una decena de personas en la costa atlántica de ese país.

Según medios de comunicación de Estados Unidos, la cifra provisional es de 13 muertes, 10 en Carolina del Norte y tres en Carolina del Sur.

Florence pasó este domingo de tormenta a depresión tropical, pero las fuertes ráfagas de viento y las lluvias intensas sufridas desde el viernes en los dos estados del sudeste del país siguen siendo un peligro para los habitantes.

La lluvia continuó cayendo este domingo por la mañana en el condado de Pitt, Carolina del Norte. Las inundaciones localizadas seguían afectando el área, que desde el viernes presenta un cielo oscuro y bajo, y campos agrícolas anegados.

Los servicios de rescate en la pequeña localidad de Grifton seguían alertas, mientras el jefe de bomberos, Justin Johnson, pronosticaba para el miércoles la peor inundación del río Neuse. “Las personas que sufrieron el huracán Matthew (en 2016) saben a qué se atienen”, dijo el jefe de bomberos a la AFP.

“Aún tenemos algunos días por delante”, advirtió el jefe de la Agencia Federal de Servicios de Emergencia, Brock Long, a la CNN. Brock aseguró también que en el centro y el oeste de Carolina del Norte y Virigina no se han terminado las duras condiciones climatológicas. “Estamos esperando muchos daños”, avanzó, y agregó que las represas podrían verse amenazadas por el aumento del nivel del agua.

Después de golpear la costa atlántica, Florence penetró en el continente, donde dejó fuertes lluvias que hicieron subir el nivel de los ríos, provocando fuertes inundaciones.

El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, instó el sábado pasado a los evacuados a no intentar regresar a sus hogares por el peligro que representan las numerosas rutas que aún están inundadas. Las autoridades también emitieron órdenes de evacuación en varios condados del estado por el riesgo de inundaciones.

En las localidades golpeadas por la tormenta se reportaron varios casos de saqueos y al menos cinco personas fueron arrestadas por la policía en Wilmington, Carolina del Norte.

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