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Estuvo una semana aislado

Tras cumplir la cuarentena, el perro Coco recupera su libertad y viajará a Córdoba

Tras una semana de aislamiento en el aeropuerto de Ezeiza, este jueves será liberado. Su dueño viajó desde Hungría con la vacunación incompleta


Luego de cumplir una semana de cuarentena, “Coco”, el perro demorado en el aeropuerto de Ezeiza por no contar las vacunas al día, será puesto en libertad este jueves.

El animal fue retenido por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) debido a no contar con el último refuerzo de la vacuna contra la rabia.

Junto a su dueño, Franco Gavidia, “Coco” podrá volar en las próximas horas a Córdoba. Allí deberá permanecer otros diez días en aislamiento, en este caso en su vivienda, sin poder salir y/o tener contacto con otros animales, “dado que la vacuna tarda 21 días en brindar la inmunización”, resaltó Senasa.

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Una semana aislado

La detención de Coco se volvió viral en pocas horas y a medida que transcurrían los días, crecieron los reclamos para que el cachorro pudiera ser liberado. No solo se creó la consigna #LiberenACoco sino que también alrededor de 40.000 personas firmaron un petitorio en Change. Org para que fuese dado de alta.

Una de las primeras soluciones ofrecidas a su dueño Franco Gavidia fue que regresara a su país de origen y que complete el calendario de vacunación allí. En las primeras horas quedó aislado y a la espera de nuevas resoluciones. Mientras tanto, en las redes sociales, el caso comenzó a viralizarse.

Finalmente, y luego de 36 horas de espera, se optó por vacunar al animal y mantenerlo en cuarentena en las inmediaciones del aeropuerto. “Desde Senasa, se avanzó en poner al perro en custodia dentro del aeropuerto, hasta que se resuelva su regreso a origen, salvaguardando su bienestar”, informaron desde la entidad.

La cuarentena fue de una semana. Según narró Gavidia por Instragram, “Coco” pudo llevar a cabo el correspondiente aislamiento sin problema alguno: “Pasó muy bien la noche dentro de una cucha con mantas y su ponchito”. También recibió visitas de distintas ONG, lo pasearon y se lo vio jugar con una pelota.

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