Pablo Aquino, un muchacho de 27 años que vivía en el barrio Toba, murió este miércoles en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) luego de una agonía de 3 meses y medio. Estaba en terapia intensiva desde febrero cuando los médicos del Sies lo trasladaron desde Campbell y pasaje 1847, malherido tras recibir tres disparos, el más grave en la cabeza y otros dos en el abdomen. Cuando lo identificaron en el Heca le saltó un pedido captura por estar sospechado de ser el autor del crimen de un adolescente ocurrido hace poco más de un año atrás en la misma zona, señalaron fuentes relacionadas al caso.
El 12 de febrero pasado, los uniformados llegaron a un pasillo de pasaje 1847 al 6100 tras recibir una alerta sobre un joven herido de arma de fuego. Al advertir que la víctima estaba inconsciente y que contaba con tres impactos, los policías se comunicaron con el personal del Sies, quienes trasladaron al muchacho al Heca.
Desde ese día, Aquino quedó en la sala de terapia intensiva en coma inducido y nunca se sobrepuso, por lo que los pesquisas de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) no pudieron entrevistarlo para que aportara datos sobre su agresor, describieron voceros policiales para agregar que cuando pudieron identificarlo le saltó un un pedido de captura por el crimen de Julián Agustín Zambrana, un pibe de 17 años de barrio Toba, asesinado en un cruce de pasajes cercano a Mapic y Qom, el 30 de marzo de 2019.
De acuerdo con voceros policiales, este miércoles los médicos del Heca informaron que Aquino había fallecido y en la autopsia el forense extrajo tres proyectiles, uno de la cabeza “que es el que desencadenó las complicaciones médicas que le provocaron la muerte por falla multiorgánica”, dijo una fuente judicial. Los otros dos plomos, en el abdomen.
Ahora la investigación por el homicidio de Aquino quedó a cargo del fiscal Patricio Saldutti, quien ordenó medidas para esclarecer el caso, como entrevistas a allegados a la víctima y relevamiento de cámaras de la zona para intentar dar con él o los homicidas.
El crimen de Julián
La madrugada del sábado 30 de marzo del año pasado, Julián Zambrana recibió dos tiros –uno en el pecho y otro en el estómago– mientras estaba en compañía de un amigo, y a las pocas horas murió en el Heca.
Familiares y allegados del chico no dudaron en señalar a un vecino conocido como Pablito –luego los pesquisas identificaron como Pablo Aquino– como el autor, ya que ambos mantenían una rivalidad de vieja data. Incluso, testimonio recogido señaló que el móvil del ataque sería derivado de la discusión por la compra de una gorra.
Aunque al día siguiente fiscal de Homicidios Dolosos Miguel Moreno ordenó allanamientos en dos viviendas de barrio Toba donde sospechaba que se escondía, Aquino no fue hallado. Desde ese momento, Moreno emitió un pedido de captura y el joven se mantuvo prófugo por 11 meses hasta que recibió los tres disparos que le costaron la vida este miércoles en el hospital de Emergencias.
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