Región

fallo de la corte sobre el grupo indalo suma incertidumbre

Trabajadores de Oil de San Lorenzo cobraron noviembre pero siguen en estado de alerta

El máximo tribunal anuló concurso de acreedores, con lo que asoma posible pedido de quiebra. En la región, 800 trabajadores son potenciales "daños colaterales" de intrincados juegos políticos, económicos y judiciales.


Los trabajadores de la refinería de petróleo Oil de San Lorenzo, sobre la que todo parece indicar que continúa bajo la órbita del grupo Indalo, cobraron este miércoles el salario de noviembre en tiempo y forma. La producción se mantiene con normalidad, pero la continuidad de los 400 puestos laborales directos –y otros tantos indirectos– de la planta del cordón industrial pende de un hilo: la semana pasada, la Corte Suprema de Justicia anuló el concurso de acreedores que permitiría armar un plan de pago de deudas, incluidas las tributarias que reclama la Afip, y un eventual traspaso propietario con inversiones incluidas que fue anunciado con bombos y platillos pero no está respaldado por ningún documento.

El fallo del máximo tribunal retrotrae la situación de Oil, parte del consorcio que comandaba el jaqueado empresario Cristóbal López, al momento previo al concurso preventivo. Por eso torna exigibles los créditos contra la firma, en particular los contraídos con la Afip, y el riesgo de una quiebra.

La representación de los trabajadores, el Sindicato de Petróleo, Gas y Biocombustible Santa Fe Sur, aclaró que lo que les compete es la preservación de los puestos laborales y el cobro de los sueldos. Por el momento, la planta del cordón industrial continúa produciendo normalmente. “Procesa entre 3 mil y 3.500 metros cúbicos de crudo por día”, señaló Rubén Pérez, secretario general del gremio.

El dirigente explicó que la situación de la planta de Oil, y de todo el consorcio Indalo de Cristóbal López, es confusa. Hace unos días, se había anunciado una operación de compra del grupo por parte de OP Investments, un fondo inversor radicado en los Estados Unidos, en alianza “estratégica” con Lukoil, la principal petrolera rusa y una de las más grandes del mundo. Las mismas versiones daban cuenta de que el traspaso accionario estaba acompañado por un fuerte compromiso de inversiones. Pero desde el gremio desconfían, porque la Justicia mantiene el embargo sobre los bienes de Indalo que impiden su venta.

Quien lanzó las promesas de adquisición, expansión de negocios y abultada inyección de dólares fue Ignacio Rosner, cabeza visible de OP Investments y conocido operador de negocios siempre cercano al poder: trabajó una década en el Grupo Clarín –entre 1995 y 2005– y otra década en la empresa Sideco Americana, propiedad de la familia Macri. Fuentes gremiales pusieron paños fríos a ese panorama optimista: no hay un solo papel que certifique la compra de Indalo, y voceros del gigante petrolero ruso Lukoil, anunciado como el socio estratégico, deslizaron que no conocen siquiera al fondo inversor asentado en Estados Unidos.

La causa principal por las deudas de Indalo –hay otras– sigue en el despacho del juez en lo Comercial porteño Héctor Hugo Vitale. Y persiste el embargo sobre los bienes del grupo que impiden su venta. El gremio petrolero de San Lorenzo mira esos movimientos judiciales pero aclara que su papel es defender los derechos de los trabajadores y la continuidad de sus puestos, sea quien sea la patronal.

 

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