El Hincha

Todos juntos o ninguno

Marcos Patronelli, flamante campeón de cuatriciclos del Dakar, aseguró que si la competencia se traslada a Africa, “tiene que viajar el mismo grupo” que lo acompañó por la Argentina y Chile.

Ya relajado y algo más descansado, Marcos le abrió a Télam las puertas de su casa en Las Flores, enfundado con un bermuda escocesa y con la característica camisa azul del equipo, atuendo que alternó durante las dos semanas del rally con el traje que se calzaba antes de subir al Yamaha Raptor 400, la máquina que este año le permitió alcanzar la victoria.

“Si el Dakar 2011 es en África, vamos todos para allá, porque para que viajen tres o cuatro no va”, sentenció Marcos, quien junto a su hermano Alejandro (segundo en la competencia) es acompañado por un nutrido grupo familiar que siguió a pie juntillas todas las cábalas de los chicos y cada una de las etapas.

Marcos junto a su hermano Alejandro festejando el Dakar | NA-AFP
Marcos junto a su hermano Alejandro festejando el Dakar | NA-AFP

Entre esas cabalas, no podía faltar el desayuno que les sirve poco antes del amanecer mamá Mónica, ni la vestimenta que nunca debían llevar sus otros hermanos y cuñados.

Marcos, quien el 1 de febrero cumplirá los 30 años, se apura de todas formas a aclarar que aún “es muy prematuro” hablar de correr en Africa y que falta tratar el tema con Yamaha.

Pero sí habla de un futuro lejano y revela que ya pensó que el día que no corra más en cuatriciclo va a subirse a un auto de rally, pero sólo cuando el físico no soporte más los embates del quad.

“Cuando el físico ya no de más para andar en cuatri, nos subiremos a un auto de rally, que no requiere tanto entrenamiento. Algo vamos a hacer”, apuntó Marcos.

El uno-dos de los hermanos quedará en la historia del Dakar | NA-AFP
El uno-dos de los hermanos quedará en la historia del Dakar | NA-AFP

“Te pasan muchas cosas por la cabeza, y venís acumulando y cuando llegue me largué a llorar. El día final te pega”, reconoce sobre ese instante en el que se proclamó ganador, con su hermano como escolta, en un perfecto 1-2 familiar.

Tampoco puede olvidar a toda la gente que cruzó por las rutas y caminos durante las 14 etapas del Dakar, ni la entrada a Buenos Buenos Aires o el recibimiento de su Las Flores natal

Pero hay algo que Marcos no resignaría nunca: “Dejar de correr. Cuando estás en carrera decís ’el Dakar no lo corro nunca más’, porque te pudren los sacrificios y las trabas que te ponen, pero cuando pasa el tiempo terminas diciendo ’esto es lo que sé hacer y me gusta’. Y volvés como siempre”.

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