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Todo se dispara, menos los sueldos

Por: Liliana Nartallo

Asistimos por estos días a una suerte de carrera, pero no de atletas sino de productos y aranceles e impuestos. Se disparó la carne, y un kilo de lomo, a los argentinos, les cuesta treinta pesos. Una ama de casa tiene que pensar mucho antes de comprar un pedacito para darse el gusto. El asadito tradicional también se fue por las nubes, anda cerca del cielo. Un abuso de algunos, ya que supuestamente, a pesar de las pocas cabezas de ganado que ingresan al mercado, el precio se debería haber mantenido.

Pero no sólo las vacas volaron alto, sino también los aranceles del Registro Civil, sobre todo los de los casamientos. Si bien en esta sociedad se ha perdido un poco la costumbre de contraer nupcias y se ha impuesto la modalidad de convivencia en las parejas, debido a este incremento el que quiera formalizar su relación va a tener que desembolsar un poco más para el “tributo al casorio”.

Mientras tanto, los trabajadores están pidiendo un aumento del veinte por ciento en sus haberes, algo para nada descabellado si se tiene en cuenta el incremento en el costo de vida. Sin embargo, y como siempre, se les hace difícil conseguir esta suba de salarios.

Ahora bien, el incremento en los trámites del Registro Civil fue del doscientos por ciento, pero ¿no hubiese sido más razonable un aumento de menor porcentaje? Y también han aumentado considerablemente los sellados, por lo tanto el bolsillo del ciudadano, ¡cuándo no!, es el que sufre el impacto.

Volviendo a las parejas que quieran contraer matrimonio: si lo hacen en horario vespertino en lugar de 99,99 pesos como se estaba pagando, tendrán que abonar 333,20 pesos, y si requieren que el casamiento sea en su domicilio el precio, que hasta el día 8 de enero era de 450 pesos, ahora pasó a costar 1.500 pesos. Antes de dar el sí, estimados novios, hay que mirar el bolsillo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que en la actualidad muchos jóvenes para acceder a un trabajo, bajo la modalidad de contrato, deben adherirse al monotributo, situación que a su vez lo lleva a inscribirse en ingresos brutos. Como es de público conocimiento, el monotributo sufrió un fuerte incremento a partir de este año. Muchos de estos chicos trabajadores cobran sueldos de entre 1.500 y 2.000 pesos; la pregunta es: ¿cómo hacen para pagar estos impuestos sin atrasarse, para abonar un alquiler y vivir todo el mes? No pueden, deben en algunos casos endeudarse con el fisco y de esta manera terminar pagando intereses altísimos.

Asimismo, y por más que el gobierno minimice la situación, el índice de desocupados aumenta y hay una gran cantidad de empleos temporales o eventuales. Debido a las vacaciones y a la gran demanda de la gastronomía, hay muchos chicos que son empleados por dos o tres meses, situaciones que no se pueden contar como empleo formal. De modo que la desocupación también sube.

Ni qué hablar de las discusiones entre los políticos, las mismas también están en alza de cara al 2011.

En fin, estamos viviendo en una Argentina donde todo se dispara, menos los sueldos y la justicia social.

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