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Todo parado: Nación dictó conciliación obligatoria en el puerto de Rosario pero la patronal no acató

La medida dispone la reincorporación de los trabajadores despedidos y la vuelta a la actividad en las terminales, aunque sin solución de fondo a la vista. Pero la sociedad entre Vicentin y la chilena Ultramar incumplió la disposición y el conflicto vuelve a escalar


Foto: Juan José García

El Ministerio de Trabajo de la Nación dictó este jueves la conciliación obligatoria en el conflicto que protagonizan los trabajadores del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa) y la Terminal Puerto Rosario (TPR). A partir de esta instancia, la empresa debe reincorporar a todos los empleados, y estos retomar tareas en un paraguas de “paz social”. En asamblea los trabajadores resolvieron por unanimidad cumplir su parte, pero la patronal no: la concesión que comandan la santafesina Vicentin y la chilena Ultramar no dejó ingresar a los portuarios cesanteados, y todo volvió a foja cero.

La conciliación se dictó luego de que el miércoles los involucrados participaran de una extensa audiencia. De esta manera se evitaba que se cumpliera un mes de paralización de la terminal como parte de la medida de fuerza de Supa en reclamo de salarios y reincorporación de medio centenar de trabajadores.

El conflicto entró en una escalada de tensión cuando los trabajadores comenzaron con cortes en el ingreso a la terminal ubicada en calle Belgrano. El eje del reclamo tuvo que ver con despidos, recortes salariales y extensión de la jornada laboral.

Desde el Supa apuntaron en reiteradas ocasiones contra Vicentin, una de las dos concesionarias de la Terminal Puerto Rosario. Referentes gremiales consideraron que este escenario responde a la presión de la firma de Avellaneda por obtener una prórroga en la concesión, pese a denuncias de graves incumplimientos de las condiciones del pliego, entre ellos la ausencia de inversiones comprometidas. Además, el Supa apuntó a la firma por provocar un conflicto con el fin de achicar la planta de personal.

La manifestación tuvo su punto de tensión más alto hace algunos días cuando un sector del gremio ingresó a la fuerza a la Municipalidad de Rosario y al Concejo Municipal con el objetivo de visibilizar el reclamo y obtener alguna respuesta.

Luego de este episodio, y a pedido de las autoridades provinciales, arribó uno de los titulares de la firma Ultramar a la ciudad con la misión de encauzar las negociaciones y llegar a un acuerdo.

Si bien los trabajadores veían con optimismo el hecho de que una cara visible se hiciera presente, la primera reunión no tuvo éxito. Una semana después, y con la intervención del Ministerio de Trabajo de la Nación, se acordó una tregua a través de la conciliación, aunque sin alcanzar una solución de fondo para el conflicto. Pero ahora ni eso: este jueves el Supa denunció la situación y la cartera laboral hizo la constatación.

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