Ciudad

Todo el año es carnaval

La fiesta batió récords: más de 3.500 personas cada noche en el Estadio Municipal, el Anfiteatro colmado por seguidores de las murgas, multitudinarios bailes barriales y la elección de la reina como momento cúlmine.

Un carnaval que batió todos los récords. En el primer festejo no laborable en 34 años de la ancestral celebración del Rey Momo, Rosario fue una fiesta por donde se la mirara: aunque miles de rosarinos, es cierto, aprovecharon los cuatro días del primer fin de semana largo del año para fugar hacia otros paisajes, no fueron pocos los que eligieron quedarse. Y a ellos se les sumaron quienes llegaron de visita a la ciudad, que tampoco fue una cantidad menor: las estimaciones previas indican que la capacidad hotelera rosarina no sólo se colmó sino que incluso desbordó. Prueba de ello se vivió desde el domingo pasado en el balneario municipal La Florida, más de 15.000 personas se zambulleron en la playa del Paraná en los últimos tres días, lo que constituye, según fuentes oficiales, un récord histórico (ver pág. 6)

Miles y miles de nativos y turistas aprovecharon durante el domingo, el lunes y ayer las distintas ofertas que había en los cuatro rincones de la ciudad. La fiesta continuaba ayer en la Isla de los Inventos con Donald, Homero y sus Alegres, Los Madrileños, Batallón Mermelada y Los Diamantes Azules, entre otros.

Un capítulo aparte lo dio el calor, que apretó hasta los 32,9 grados a las 16, con una inusual sensación térmica de 35 grados para el comienzo de una segunda semana de marzo. Como era lógico, el buffet de la pista de baile al aire libre colapsó mientras continuaban desfilando murgas, comparsas y cabezudos.

Vestidos para la ocasión, quienes bailaban llevaban las máscaras y antifaces de rigor, y se mojaban con espuma y agüitas perfumadas. Hubo concurso de disfraces en las categorías de niños y adultos, con importantes premios, y se preveía el gran cierre con la “quema del Rey Momo”.

Seguramente no estaban en ese baile quienes celebraron en el Estadio Municipal. El predio de 27 de Febrero al 2500 también batió récords con un público de entre 2.500 y 3.500 personas por noche, y en la elección de las nuevas reinas y rey, la fiesta se estiró hasta las ocho de la mañana.

Allí se presentaron, desde el viernes, las comparsas de los barrios, que fueron exhibiendo en los precarnavales 2011 sus bailarinas y bailarines con carrozas y vistosos trajes en muchos casos hechos íntegramente a mano por mujeres y hombres del barrio a que cada grupo representaba.

Feriado mediante, tal fue el éxito del carnaval 2011 en el estadio Jorge Newbery que los organizadores ya adelantaron que el carnaval 2012 posiblemente se hará en otro lugar, más grande.

En tanto, en los barrios rosarinos, a quienes no iban a la fiesta la fiesta fue hacia ellos. Los cuatro rincones de la ciudad celebraron el carnaval con convocatorias para espectáculos al aire libre y por las noches con bailes que durante el fin de semana colmaron los clubes Onkel (Ovidio Lagos 5771), Berkel (Gaboto 136), Libertad (Mendoza y Felipe Moré) y Villa Pría (pasaje Mattos 3419) a los que se sumaron otras celebraciones que se hicieron en vecinales y asociaciones.

En tanto, el Carnaval de Murgas en el Anfi 2011, que arrancó el domingo a las 20 convirtió al Humberto de Nito en Teatro de Verano y su escenario en tablado para recibir a las murgas y batucadas que llenaron de luz, color y brillo la noche dedicada al carnaval.

Las murgas, de estilo porteño y uruguayo, se sucedieron una tras otra dejando sus letras y sus melodías a unas tres mil personas que acompañaron con aplausos, coros y también con pasos de baile.

Así, desde sus mismas cenizas, cerró el carnaval, una fiesta que la última dictadura no pudo segar, pese a que anuló los feriados para festejarlo en el primero de los siete años que se mantuvo en el poder.

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