Leandro Rosati
Los titulares de chapa de taxis se reunieron en la mañana de este miércoles con los representantes de la comisión de Servicios Públicos para reclamar un aumento del 20 por ciento en la tarifa –muy por debajo de lo que da la actualización de costos, aseguraron– y una prórroga para renovar las unidades que, a fin de mes, cumplen los 10 años de antigüedad fijados como tope.
Mario Cesca, titular de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti), explicó a El Ciudadano las propuestas que le presentaron a los concejales Renata Gigliotti, Eduardo Toniolli, Osvaldo Miatello y Verónica Irizar.
“Primero, pedimos un 20 por ciento de aumento que, aunque no alcanza a compensar la inflación, sirve por el atraso salarial que tenemos”, explicó. Fuentes del sector recordaron que el último estudio de costos del servicio dio un 60 por ciento de desfasaje tarifario, y que el nuevo aún no está terminado pero calculan que rondará el 100 por ciento. Acomodar el valor de la bajada de bandera y la ficha a esos niveles, admiten, los dejaría sin clientes.
El referente de Atti agregó sobre el segundo reclamo: “Hay algo más de 100 vehículos que a fin de mes caducarán las licencias porque cumplen 10 años de antigüedad, necesitamos una prórroga de un año, porque los autos, en un año, pasaron de costar 320 000 pesos a valer 690 000”.
Cesca contó que cada uno de los integrantes de la comisión se comprometió a trasladar esos pedidos a sus respectivos bloques. El tratamiento en el recinto de un proyecto en tal sentido, admitió el empresario, recién será posible después de las elecciones presidenciales.
El dirigente fue tajante respecto del aumento que piden: lo “necesitamos ayer”, jugó con la urgencia. Sobre la prórroga para cambiar unidades que pasan el límite de antigüedad, aclaró que está fundada en la crisis derivada de la devaluación: los propietarios de taxis, afirmó, son los primeros que quieren renovar los vehículos porque “el auto con más años necesita más mantenimiento”.
Cesca aclaró que el pedido de prórroga no implica discontinuar las revisiones técnicas obligatorias cada seis meses.
Los propietarios de licencias de taxis dieron el primer paso en el Palacio Vasallo en busca de medidas para transcurrir la crisis que atraviesa el sector debido a la disparada inflacionaria, por un lado, y la pérdida de poder adquisitivo de los potenciales clientes del servicio público del que viven por el otro.
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