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Tincho Zaragoza: “Me gusta pensar que el stand up es el punk del teatro”

El humorista rosarino festeja su primera década transitando el humor con el espectáculo “10 Años de stand up (y sigo sin ser famoso)” que se presenta este sábado en el Multiespacio Nicasio, con entradas populares


“Voy a decir algo polémico, para el stand up, muchas veces es mejor no tener ninguna experiencia escénica previa más allá de cierta cosa natural para el humor”, dice Tincho Zaragoza, humorista y standupero rosarino que transita por estos días una década en el oficio y lo festeja este sábado, en el Multiespacio Nicasio, con entradas muy populares para estos tiempos de devaluación desmedida, con el show 10 Años de stand up (y sigo sin ser famoso), un compendio de situaciones y vivencias personales llevadas al campo de lo escénico que confirman el axioma que sostiene que “tragedia más tiempo es comedia”.

En 2013, Tincho se subió por primera vez a un escenario para hacer stand up. Casi como un hobby, desde ese momento a la fecha lleva más de mil funciones dentro y fuera de la ciudad con diversos espectáculos.

Durante una hora de humor, Zaragoza renueva ahora su mirada sobre distintos temas, vivencias y obsesiones. Con la sabiduría que dan los años, los escenarios transitados y el aplauso del público, el comediante rosarino habla de “valorar las pequeñas cosas, como bares que tengan sillas con respaldo”. También, brinda “recetas sobre cómo manejar en el caótico tránsito de la ciudad y cómo sobrellevar ese momento en la vida en que te das cuenta de que sos un ex joven, cuando vas perdiendo la carrera con la tecnología pero no lo querés asumir, cuando sos demasiado joven para morir pero demasiado viejo para TikTok”, plantea con humor.

Una década

“Éste no es cualquier momento, es un momento complejo y creo que el humor es una de las cosas fundamentales de las que cuales agarrarse para poder transitar este tiempo un poco mejor”, contó el humorista rosarino acerca de esta estética instalada fuertemente en el imaginario del espectáculo argentino desde su irrupción hace casi dos décadas y con un largo recorrido en Estados Unidos, su territorio de origen.

“Creo que se puede hacer humor con todo, pero no todos podemos hacer humor con todo; ahí es donde está siempre el debate acerca de los límites del humor. No todos tenemos los mismos límites, el público no siempre tiene los mismos límites que tenemos nosotros los que lo hacemos, entonces es un debate saludable, pero me parece que es un debate que no va a tener un cierre porque la cultura, la realidad, van cambiando todo el tiempo y todo el tiempo hay que ir acomodándose a esos cambios. Está bueno poder sortear por dónde hacer humor y entender que el humor también es responsabilidad”, sumó el artista respecto de un tiempo donde el humor debió aggiornarse a los tiempos que corren con una saludable intención revisionista.

En el mismo sentido, Zaragoza, comediante, coordinador de clases y organizador de ciclos de stand up en Rosario y otras ciudades, habló acerca de la idea de fama, de esa fama que nunca llegó como alude en el título de su nuevo espectáculo, de lo efímero de la fama en el presente y de la importancia o del lugar que tienen la fama o el éxito en su imaginario.

“Como decía el Negro Fontanarrosa, la fama es puro cuento, pero el hecho de que aparezca en el título es un poco de ironía. De todos modos, poder trabajar de esto para mí ya es éxito; poder decir que trabajo, hago shows y doy clases a los 45 años, para mí eso ya es el éxito. De repente, haber podido pegar un volantazo hace diez años para dedicarme a esto, para mí eso es un éxito personal”, planteó quien coordina clases de stand up inicial y avanzado y a lo largo de estos años hizo cursos, talleres y seminarios de stand up, clown, mimo, impro, dramaturgia y producción con reconocidos docentes, tanto en Rosario como en Buenos Aires.

“Obviamente, me gustaría ser más exitoso para poder cobrar una entrada diez veces más cara y que la gente vaya a verme a esos shows, pero claro, por ahora esto es lo que hay. Tampoco hay que perder de vista que el mundo está lleno de gente famosa que quizás no tiene talento, y gente talentosa que no la conoce nadie. Igual aclaro: yo no estoy en ninguno de los dos grupos (risas). Yo sí tengo claro que soy un laburante, un trabajador de la cultura, un obrero que la tiene que remar en situaciones adversas como la que estamos atravesando y hacer su trabajo”, evaluó el creador que en enero de 2021, tras la pandemia, estrenó Así habló Zaragoza, su tercer show de humor stand up en el Teatro Municipal La Comedia como colofón de una larga lista de propuestas presentadas en bares y espacios alternativos.

Stand up de acá

“Si bien el stand up es un formato de Estados Unidos, importado, lo mismo que nos pasa con el rock, ya lo hemos argentinizado. En el país tiene veinte años y los monólogos tienen muchísimos más años que el stand up y son una tradición grandísima. Incluso esta idea de poder reírnos de nuestras  tragedias; siempre me acuerdo de mi abuela que vino de España, de la Guerra Civil, y nos decía «me río por no llorar». Siempre nos podemos reír de nuestras propias cosas y para mí lo importante del que está ahí, en escena, es que se pueda reír de sí mismo. A partir de allí puede ofrecer una mirada del mundo y esa por ahí es la diferencia del stand up con otro tipo de humor. Sin atacar y sin burlarse, al menos como yo lo entiendo, tiene que ver con ofrecer una opinión sobre el mundo y sobre la realidad”, planteó Zaragoza.

Y sobre un tipo de humor análogo a la realidad rosarina, profundizo: “Nos reímos de muchas cosas pero pueden ser cosas que quizás no den risa en otros lugares. Por ejemplo: la odisea de alquilar, porque es algo muy de acá y quizás en otros lugares no está tan arraigada la cultura del alquiler. Creo que en este tiempo, más que nunca, los rosarinos nos reímos de nosotros mismos, nos reímos de los motes que nos ponen, nos han dicho cosas muy duras y lo siguen haciendo, como «comegatos» o ahora con el tema del narcotráfico y la inseguridad como si las demás ciudades del país fueran seguras. Siempre es eso lo primero que nos dicen y nosotros respondemos, «todo bien, acá andamos, con el chaleco antibalas» (risas). También podemos decir que tenemos un humor muy al estilo de Fonatarrosa que ha marcado las carreras de los comediantes y humoristas pero también las de los escritores”.

Finalmente, respecto de si se puede enseñar a hacer reír y de ciertas categorizaciones de la gente que transita los espacios de formación en stand up como los que suele llevar adelante, planteó: “Voy a decir algo polémico, para el stand up, muchas veces es mejor no tener ninguna experiencia escénica previa más allá de cierta cosa natural para el humor. Está claro que el actor o la actriz puede tener otros recursos y eso puede acompañar, pero el 90 por ciento de los alumnos, y yo mismo cuando empecé, no tiene formación escénica. Y no sé si se puede enseñar a hacer reír, pero acompañar a explorar el propio humor sí es posible, en eso trabajo, y la verdad es que puedo decir que es más fácil con alguien que no estudió nada referido a lo escénico porque lo que propone es más genuino. En esos espacios se puede acomodar lo que propone el gracioso del asado o el tímido de una oficina que a veces tiene que dar capacitaciones a los compañeros y le falta esa vuelta en su desenvolvimiento; en ese sentido, sirve también como herramienta, por eso siempre digo que el stand up es el punk del teatro”.

Para agendar

El show de humor 10 Años de stand up (y sigo sin ser famoso) se presenta este sábado 16, a partir de las 22.30, en el Multiespacio Nicasio (San Lorenzo 1055), con entradas muy populares que se pueden comprar de forma anticipada a través del sitio https://www.tinchozaragoza.com

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