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Timerman pide levantar el secreto y ver quién miente

El canciller dijo que es imperioso cortar la cadena de versiones sobre lo que dijo Sadous en Diputados.

Como era de esperar, el carácter secreto de las declaraciones del ex embajador Eduardo Sadous en el Congreso disparó un abanico de informaciones periodísticas y versiones de dirigentes políticos cuya veracidad resulta imposible de corroborar. Por eso ayer, con el antecedente de la tapa de Clarín según la cual el diplomático había involucrado directamente al ex presidente Néstor Kirchner con supuestas irregularidades en el comercio con Venezuela, el flamante canciller Héctor Timerman decidió cortar por lo sano: le pidió por carta al titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, que haga público el contenido de la sesión reservada para así diferenciar verdades de mentiras. El ministro de Relaciones Exteriores aclaró en ese sentido que su solicitud se refiere tanto a la versión taquigráfica de lo dicho por el ex representante en Caracas como a las de los diputados que lo interpelaron.

El canciller comunicó su decisión durante una conferencia de prensa con periodistas argentinos en Toronto. “He decidido solicitarle al presidente de Diputados que haga públicas las declaraciones del ex embajador Sadous, tal cual fueron tomadas por el cuerpo de taquígrafos, en la reunión secreta que mantuvo con legisladores”, dijo Timerman desde Canadá, hacia donde viajó para la antesala de la cumbre del Grupo de los 20 (ver página 10).

Fellner, destinatario del pedido del canciller, no perdió tiempo y durante la misma tarde le giró la carta al presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Alfredo Atanasof, por entender que fue “ese cuerpo legislativo el que resolvió la citación al ex embajador en Venezuela y el que dispuso que sus explicaciones se realicen en una sesión secreta”. Y que, por lo tanto, deberá ser en su seno donde se resuelva si se divulgan o no las versiones taquigráficas tomadas en la reunión de marras.

Desde Canadá, Timerman explicó que su pedido de divulgar lo que se dijo en la sesión secreta “es en función de no hacer peligrar las relaciones diplomáticas que la Argentina mantiene con 182 países, y que las mismas no se vean interferidas por una serie de versiones que están saliendo de esa reunión y que se usan para las mezquindades de algunos grupos mediáticos”.

La referencia obvia fue para Clarín. Ya el ex presidente Kirchner había calificado como “delincuente” a Héctor Magnetto, máximo ejecutivo del multimedios, por la tapa publicada el día después de la reunión a puertas cerradas en la Cámara baja. “Sadous apuntó directo hacia Kirchner y De Vido” por “las acciones paralelas a la cancillería y la embajada”, rezaba esa portada del matutino, que terminó por enardecer al oficialismo al colocar al santacruceño y a Julio, el ministro de Planificación, en el mismo lugar de sospecha.

“Como es de su conocimiento, luego de brindar su testimonio el embajador (por Sadous), algunos medios comenzaron una ofensiva, pocas veces vista, para publicar supuestos dichos brindados por el funcionario”, dice el texto de la misiva que Timerman le envió a Fellner. “También me preocupa que nuestro pueblo conozca la verdad sobre los actos de gobierno y que éstos no sean distorsionados por intereses sórdidos de sectores corporativos que anteponen sus mezquindades a costa del bienestar de la sociedad toda”, sigue la nota.

La decisión del canciller fue la clave institucional de ayer en torno a la presunta existencia de una “diplomacia paralela” para concretar negocios con Venezuela que, según las acusaciones de la oposición, incluyeron “retornos” a traders (intermediarios y facilitadores comerciales– y maniobras de compra y venta de dólares que habrían dejado jugosas ganancias alrededor del fideicomiso creado para financiar las primeras de esas operaciones. Uno de los denunciantes de tales supuestas irregularidades es precisamente el ex embajador en Caracas entre 2002 y 2005 –cuando Néstor Kirchner era presidente– que habló ante los diputados el miércoles último.

El declarado objetivo oficial, ahora, es poner blanco sobre negro con la publicación del contenido de la sesión secreta, en la certeza de que allí no se dijo nada que comprometa legalmente a ex y actuales funcionarios kirchneristas. Entretanto, continuaron ayer tanto los relatos opositores sobre la sesión secreta en el Congreso como las duras réplicas del gobierno hacia los principales matutinos porteños, el propio Sadous y algunos partidos (ver aparte).

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