La provincia de Tierra del Fuego pondrá en marcha un plan de erradicación por completo del castor a pequeña escala para cumplir con el acuerdo binacional suscripto en 2008 entre Argentina y Chile. La iniciativa se financiará con recursos del Fondo Ambiental Mundial (GEF) gestionados por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Los individuos de esta especie de roedores, originaria de Norteamérica y Asia e introducida en los años 40, está en siete áreas estratégicas situadas a lo largo y ancho del territorio fueguino.
La idea es recomponer los ecosistemas australes afectados por el castor, declarado por las autoridades como “especie exótica invasora”, y considerada responsable del talado de hectáreas de árboles autóctonos y del desvío de cursos de agua en toda la zona. El proyecto se implementará primero en lugares específicos, para “dimensionar la complejidad de la tarea, en especial los aspectos de organización”, explicó el biólogo Adrián Schiavini, del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic) dependiente del Conicet.
Las instituciones públicas nacionales y provinciales, y los productores rurales que participan del proyecto, capacitarán en marzo de 2016 a un grupo de cazadores que luego intervendrán cada una de las áreas seleccionadas.
“Trabajarán en equipos pequeños, de dos o tres personas, que llegarán a cada lugar por accesos terrestres o en helicópteros, y que se irán rotando todo el tiempo. Usarán trampas de golpe, que son más pesadas y también lazos”, detalló Schiavini.
La capacitación estará a cargo de un equipo de expertos de Estados Unidos, especializados en el control de fauna, y la idea es “generar un grupo grande de cazadores, que incluya personas afines a la zona rural como brigadistas forestales o guardaparques, y después realizar una selección con los mejores”, mencionó el investigador.
Las áreas de donde se erradicará el castor fueron elegidas en función de distintos parámetros, como el hecho de que abarcaran tierras fiscales y privadas, pero también diferentes paisajes, desde la cordillera hasta el ecotono y la estepa.
El especialista del Conicet estimó que el trabajo durará cuatro años.
Si bien un cálculo preliminar sostiene que en la zona existen unos 100 mil ejemplares de castor, la etapa de erradicación en áreas prefijadas no se concentra en la cantidad de individuos a localizar.
“No importa cuántos animales se puedan cazar, sino que no quede ninguno. Suena fuerte pero la erradicación consiste en no dejar ningún individuo de los que nos interesan”, afirmó el biólogo.
También enumeró que las siete zonas involucradas en el proyecto se encuentran en el Valle de Tierra Mayor y el Parque Nacional Tierra del Fuego, cerca de Ushuaia, en un arroyo próximo a la comuna de Tolhuin, en las estancias Rolito y Pirinaica, en la Península Mitre, en la reserva Corazón de la Isla y en la estancia Sara, en el norte provincial.
Las primeras parejas de castores fueron introducidas a Tierra del Fuego en 1947, por una iniciativa que promovía el eventual desarrollo futuro de una industria peletera.
“Fue un tremendo error, comprensible a la luz de la concepción que había en esa época sobre ese tipo de emprendimientos. También por la falsa creencia de que al bosque fueguino le faltaban animales”, recordó Schiavini.
Los castores habitan en los causes de agua y destruyen la vegetación de la rivera, pero en sus ambientes originarios, esos árboles vuelven a brotar y no se extinguen.