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Tiene 24 años y pasará preso las próximas tres décadas

Lo buscaban desde 2006 por matar a un policía durante un asalto en Santa Isabel. Era conocido como Cordobés o Porteño y cayó durante un tiroteo con personal de la Patrulla Urbana en 2008, en Ludueña.

Un joven de 24 años, detenido desde enero de 2008 por enfrentarse a tiros con policías en barrio Ludueña, fue condenado a 32 años de prisión, tras haber sido hallado culpable de matar a un sargento de cinco disparos durante un asalto registrado el mediodía del 2 de febrero de 2006 en la Asociación Mutual del Club General Belgrano de Santa Isabel, departamento General López, a 185 kilómetros de Rosario. En el extremo sur de la provincia se lo buscaba bajo el apodo de “Cordobés” y en Rosario como “Porteño”. Además de dos alias usaba varios nombres, de acuerdo a donde cayera en desgracia. Con uno de ellos fue detenido en enero de 2008 en la zona noroeste, luego de enfrentarse a tiros con la Policía tras un asalto. Esa caída fue determinante, ya que luego de dar uno de sus nombres apócrifos, fue reconocido por personal policial, quien lo dejó tras las rejas. Tras una rápida investigación y cruce de datos, se llegó a la conclusión de que usó al menos cuatro nombres falsos y de que era buscado por varios casos, entre ellos el asalto y posterior asesinato de un policía. Pero también se conoció que ya tenía sobre sus espaldas dos condenas, una emitida por el Juzgado de Menores de Venado Tuerto, a siete años y tres meses de prisión, y otra a once años tras las rejas, por un asalto cometido en la zona oeste de Rosario.

Parecía ser un grupo, pero era la misma persona uno. Matías Aquino, Carlos Daniel Álvarez; Matías Orlando Quintero; Miguel Ángel Antonio y Paulo Sebastián Rodríguez. Todos tenían antecedentes policiales en distintos puntos del sur de la provincia, y la última vez que cayó fue en la madrugada del 22 de enero de 2008 –bajo el nombre de Matías Aquino– tras tirotearse con personal de la Patrulla Urbana en Eva Perón y Pedro Lino Funes, tras un robo en una vivienda de la zona.

Aquino era ya bastante conocido en la seccional 12ª, donde tenía más de media docena de antecedentes. Allí quedó detenido acusado de robo calificado y resistencia calificada a la autoridad.

Ahí también se supo que sobre su persona pesaba una orden del Juzgado de Menores 3ª para ser trasladado al Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar), de donde en algún momento de su corta carrera delictiva se evadió. “Se ve que para ellos el pibe era menor”, dijo en su momento un vocero policial.

Pero su situación se complicó aún más cuando llegaron a la seccional ubicada en Pedro Lino Funes al 200 bis, policías de la Brigada de Investigaciones de la UR VIII, con asiento en el departamento General López, con fichas dactilares, ya que se conoció un nuevo nombre para el detenido.

Fue así que se supo que en el departamento General López, ubicado en el extremo sur de la provincia, se lo buscaba como Cordobés y en Rosario como Porteño.

De esta manera, los policías de la comisaría de barrio Ludueña se enteraron que tenían alojado en el penal a un muchacho buscado por el crimen de un sargento, cometido durante un asalto a una mutual en Santa Isabel.

El hecho ocurrió el 14 de febrero de 2006, en la Asociación Mutual del Club Belgrano de Santa Isabel, cuando dos jóvenes de entre 18 y 22 años ingresaron armados, con intenciones de robo. Apenas traspasaron la puerta, amenazaron de muerte a los empleados y clientes que había en el lugar.

Mientras uno de los ladrones vigilaba a los circunstanciales rehenes, su cómplice sacó el dinero de las cajas. Uno de los empleados de la mutual, que estaba cumpliendo tareas como encargado de la gerencia –que estaba encerrado en el despacho con un cliente– vio lo que sucedía y salió por la puerta trasera. Este hombre caminó por un pasillo y entró en la sede del club, ubicada al lado de la mutual y desde ahí pidió ayuda a la comisaría 5ª, ubicada a menos de tres cuadras.

Unos minutos más tarde, llegó en un móvil policial el sargento primero Ramón Contreras, de 52 años. El agente se bajó del auto en momentos que los dos ladrones salían de la mutual. El policía les dio la voz de alto a los delincuentes, quienes dispararon contra el uniformado y tras un intenso intercambio de disparos, Contreras cayó mortalmente herido sobre la vereda de la mutual, en tanto los ladrones escaparon en un auto de color gris que estaba estacionado a metros del lugar asaltado.

Unos minutos después de la balacera, llegó al lugar una ambulancia y trasladó al policía al hospital Miguel Rueda, de Santa Isabel, donde falleció algunos minutos después de ingresar. El agente –oriundo del departamento Vera– había recibido cinco impactos de bala, tres en el pecho, uno en el abdomen y el restante en plena cara, comentó en su momento un vocero.

Testigos del hecho dieron detalles a la policía de Santa Isabel sobre los dos ladrones y el auto en el que escaparon, por lo que se montó un rápido operativo en toda la zona urbana y cerca del mediodía, la Policía encontró un Ford Escort color gris, similar al descripto por los testigos del hecho, que era conducido por un hombre de unos 50 años. “El auto tenía varios impactos de bala y su conductor dijo ser un policía jubilado y que estaba trabajando como remisero trucho”, confió un vocero de la Unidad Regional VIII. Según la fuente, el conductor dijo que había sido contratado en la mañana de ayer por dos muchachos para hacer un viaje hasta Santa Isabel.

El remisero dijo que dejó a sus dos pasajeros en una esquina de esa localidad y que no sabía qué hicieron después. El Ford Escort presentaba tres impactos de bala, uno en una llanta, otro en la puerta y el restante en un vidrio, confió un pesquisa. El ex policía, quien reconoció ser el dueño del Escort, fue detenido en forma preventiva y puesto a disposición de la Justicia de Instrucción de la ciudad de Melincué, confiaron fuentes de la Unidad Regional VIII.

A fines de marzo de 2006, el ex policía fue desvinculado de la causa. La Justicia le dictó la falta de mérito al entender que “estuvo en el lugar equivocado y en el momento equivocado”.

En tanto, Paulo Rodríguez, Porteño o Cordobés, fue procesado por el robo y el homicidio ocurrido en Santa Isabel. Y, en enero pasado fue condenado a la pena única por unificación de condenas de 32 años de prisión, ya que se lo halló responsable de robo agravado de un auto dejado en la vía pública; resistencia a la autoridad mediante uso de arma de fuego, con participación de menor de edad y portación de arma de fuego de uso civil sin autorización; y robo calificado por uso de arma de fuego apta con intervención de menor de edad, homicidio calificado y robo calificado.

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