Ciudad

Tiburones siguen entrenando

El grupo de nadadores discapacitados tuvo ayer una audiencia sin resultados positivos ante la Justicia para rechazar y denunciar la discriminación de Prefectura por no dejarlos nadar. Volverán a manifestarse.

Indignación, dolor y mucha fuerza. Esa mezcla de sensaciones experimentó el grupo de nadadores discapacitados y sus familiares y coordinadores en la manifestación realizada ayer en el Juzgado Federal de Entre Ríos 730. Allí, los coordinadores del grupo Los Tiburones tuvieron audiencia con el juez Héctor Zucchi junto a personal de Prefectura con el fin de exponer su desacuerdo ante la negativa del cuerpo al permiso por el maratón que esperaban realizar el 27 de marzo último. El resultado fue otra negativa y los profesores retomarán el reclamo en unos meses. Mientras tanto, retomaron el entrenamiento con miras a un maratón en marzo próximo, en continuación con su lucha. “Este acto de discriminación no va a quedar así, estamos juntos, reclamamos el respeto que merecemos”, señaló a El Ciudadano Patricio Huerga, entrenador de los nadadores de Arroyo Seco.

Los Tiburones se alistaban a la mayor prueba de su historia, en la que unirían a la ciudad de Arroyo Seco con Buenos Aires. El recorrido tiene 300 kilómetros de extensión pero hace unos días se vio empañado con la negativa de Prefectura Nacional, que emitió un comunicado aduciendo que ante la crecida del río y el tránsito en el mismo no era recomendable dicha prueba de nado. Los organizadores, encabezados por el profesor Huerga, entrenador del equipo, presentaron en febrero pasado un recurso de amparo rechazando esta negativa y denunciando, además, “un hecho de discriminación encubierto”.

En diálogo con este medio, Huerga manifestó su queja: “A nosotros nos dijeron que no y a otras pruebas les dieron la autorización, entonces no se entiende qué pasa”.

“Por ejemplo, si el problema es que el río está crecido y hay camalotes y contracorrientes, ellos con ese mismo río aprobaron la prueba de Hernandarias-Paraná, de 88 kilómetros y Santa Fe-Coronda. También tuvo el okey el próximo maratón Ciudad de Rosario y este fin de semana se realiza uno de 21 kilómetros en Paraná. Es decir, el río está crecido en todos lados, no sólo para nosotros”, señaló.

Y aseguró: “Desde Prefectura seguro vieron un grupo de 80 discapacitados y se asustaron. Cuando saben que cumplimos con todos los requisitos pedidos por ellos y que extremamos las medidas de seguridad para con los chicos. Sabemos bien con qué tipo de grupo trabajamos, somos profesionales”.

Clementina, madre de Juan Antonio, uno de los nadadores, expresó con lágrimas en los ojos que esta discriminación fue un golpe fuerte a toda su familia: “Este maratón es muy importante para los chicos, no puedo creer que no les den permiso para nadar el río que es de todos. Ellos son seres humanos como nosotros, llenos de amor, cariñosos, inclusive mucho más que nosotros que supuestamente no tenemos ninguna discapacidad”. Al mismo tiempo, y respondiendo a cuestiones de seguridad que plantea la negativa de Prefectura, Clementina sostuvo: “Somos padres y somos los primeros en preocuparnos por la seguridad de nuestros hijos, confiamos plenamente en el trabajo de los coordinadores, llevan doce años entrenando a los chicos y ya han realizado pruebas de este tipo, no era algo nuevo para ellos, sólo que se recorría una distancia mucho mayor y fue un gran incentivo para los nadadores para entrenarse durante todo un año”.

A su lado, Claudia, madre de Emiliano, expresó: “Esto es discriminación pura, el río es para todos, menos para nosotros. Los de Prefectura leyeron «80 personas discapacitadas» en el pedido de autorización y tuvieron miedo de lo que podría llegar a ocurrir. Ellos no saben que estos chicos llevan años entrenándose y haciendo este tipo de pruebas. Yo no tengo discapacidad motriz ni mental y si me meto en el río no voy a poder ir a ningún lado, a diferencia de estos chicos que se trasladan en el agua como peces y son concientes de la seguridad que los debe acompañar”.

Julieta es una de las nadadoras del grupo, estaba en su silla de ruedas bajo la intensa lluvia del mediodía de ayer y permaneció allí junto a sus compañeros hasta el fin de la audiencia. Le faltan las piernas y uno de sus brazos está atrofiado. “Tuve la posibilidad de nadar y ahora no nos dejaron, estamos capacitados para nadar y somos diferentes en alguna parte de nuestro cuerpo, en el agua somos iguales a todos. Tengo 35 años y conozco a los Tiburones desde hace años, soy mamá de tres hijos y tengo la capacidad de hablar del tema de dos lados, como madre y como nadadora. Como madre tengo que informarles, lamentablemente, a mis hijos que forman parte de una sociedad que nos margina, y como discapacitada decirles que me caí, me levanté y sigo nadando”, sostuvo la mujer.

Asimismo, la joven informó sobre la existencia de un grupo en la red social Facebook que apoya a los nadadores. Se trata de “Somos tiburones y queremos nadar”.

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