Espectáculos

Entrevista

Teresa Parodi: “Las mujeres que sobresalieron lo lograron con grandes luchas”

Lo expresó la célebre cantautora correntina quien llega a la ciudad para brindar un concierto en el que presentará “Todo lo que tengo”, su último disco, en el marco de la celebración local por el Día Internacional de la Mujer

Parodi: “Los emergentes de cada pueblo toman decisiones, de golpe pueden elegir no comprometerse ideológicamente con nada o dar testimonio de su época”.

“Las mujeres que sobresalieron a lo largo de la historia lo lograron con grandes luchas, lo demostraron en todos los ámbitos que debían ser respetadas y escuchadas igual que los hombres”, expresó la cantante y compositora Teresa Parodi, referente de la música popular latinoamericana, antes de llegar a Rosario donde brindará un concierto en un día emblemático para todo el movimiento de mujeres. Y al respecto analizó: “Esta pelea se va a terminar en algún momento pero todavía tenemos que dar una batalla diaria. Hoy hay una extraordinaria convicción de las nuevas generaciones que ya no conciben el mundo sin la igualdad de género”.

La artista correntina que en 2018 obtuvo dos nominaciones a los premios Gardel por el disco Todo lo que tengo, se presentará acompañada por el destacado guitarrista Ernesto Snajer con quien grabó el álbum y quien además fue el productor. Y compartirá el escenario con la trovadora cubana Yaima Orozco del colectivo santaclareño La Trovuntivitis.

A lo largo de su carrera, Parodi compuso más de quinientas canciones que recrean la sabiduría e identidad de su pueblo y su paisaje. En su último material, editado en 2017, y que repasará en la ciudad, contó además de Snajer con las participaciones de Liliana Herrero, Pedro Aznar, Chango Spasiuk, Luciana Jury, Nadia Larcher, Miss Bolivia, Juan Quintero y el Negro Aguirre. Junto a ellos, hizo florecer una decena de poemas donde confluyen las plumas de Julio Cortázar, Armando Tejada Gómez, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y María Elena Walsh, entre otros. “Necesito su poesía, la lucidez de esos escritores que me acompañan a vivir”, dijo la artista quien definió el material como “una declaración jurada de bienes: los bienes que marcan huellas profundas de las que no quiero irme nunca”.

En este diálogo con El Ciudadano, Parodi transitó los grandes momentos de su vida y expresó las reflexiones de una artista con conciencia cívica, desde su experiencia como funcionaria en la última parte del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que marcó el nacimiento del Ministerio de Cultura de la Nación, hasta la expresión más profunda de una onda historia de muchas décadas expresada en músicas y poesías, canciones que nacen y vuelan, con la búsqueda de multiplicarse en las calles para conmover y despertar conciencia popular. También se refirió al momento histórico que vive su género y cómo las mujeres, en todos los ámbitos, se han tenido que abrir espacios “a los codazos”. También sobre la cultura, la resistencia y el futuro para el que guardó un halo de esperanza: “Confío en nosotros, confió en nuestro pueblo que tiene memoria”, dijo.

—Llega a Rosario en un día emblemático marcado por las luchas y reivindicaciones que emprende el movimiento de mujeres por su Día Internacional. ¿Qué lugar encuentra que tiene hoy la mujer dentro de la cultura y más específicamente dentro de la música popular argentina y latinoamericana?
—La mujer siempre tuvo un lugar importantísimo, absolutamente preponderante. Que se haya tenido que abrir espacio a los codazos, es otra cosa ¡Pero Dios mío la calidad de las autoras y compositoras del continente y de Argentina que tenemos! Una de esas voces emblemáticas fue Mercedes (Sosa) otras María Elena Walsh y Eladia Blázquez pero también de otros países Violeta (Parra), Chabuca (Granda)… podemos estar horas nombrando a las grandes mujeres que apostaron a la música popular y que tuvieron su propia voz y espacio ganado con esfuerzo, pasión y mucho talento. Ellas tenían clarísimo qué venían a hacer y lo hicieron. Pero, por supuesto, con muchísimas dificultades. Nos abrimos esos caminos para también, al mismo tiempo, demostrar que podíamos pero siempre nos costó más que al varón.

—¿Cómo recuerda sus comienzos en ese camino seguramente lleno de convicción y deseos pero también de desigualdades?
—Puedo hablarte de mí, de que elegí la música y que soy madre de cinco hijos. Que fue muy difícil en ese momento que se pudiera comprender que una madre podía tener esta profesión, viajar, tener el rol que le tocaba en su familia y, sin embargo, salir a trabajar en el arte que es maravilloso, que da muchas cosas, pero también pide mucho esfuerzo. Y lo logré porque estaba convencida de lo que tenía para decir. En esos años no se tomaba con naturalidad que las mujeres nos dediquemos a la música. Y aparecían preguntas como “de qué vamos a vivir”. Estas cosas eran naturales en ese momento y sembraron trabas. La hermana de Mozart (María Anna) fue una gran autora y compositora, además de una gran pianista, y sin embargo sus padres no la dejaron ejercer su profesión porque era mujer. Lo que quiero decir con esto es que las mujeres que sobresalieron a lo largo de la historia lo lograron con grandes luchas, lo demostraron en todos los ámbitos que debían ser respetadas y escuchadas igual que los hombres.

—Es una desigualdad manifiesta en todos los aspectos de la vida…
—Sí. En la medicina, en la ciencia, en todas las formas del arte, en la política. Hay un cambio muy grande pero fue paso a paso. Pudimos comprobar cómo, a las mujeres, los roles importantes de la historia siempre le fueron negados. Sin ir más lejos, en la historia argentina y en lo más reciente, la primera mujer presidenta fue Cristina Fernández de Kirchner y padeció muchísimas situaciones complejísimas por ser mujer. Esta pelea se va a terminar en algún momento pero todavía tenemos que dar una batalla diaria. Hoy hay una extraordinaria convicción de las nuevas generaciones que ya no conciben el mundo sin la igualdad de género.

—Nombraste a Mercedes Sosa. Ella supo dar testimonio de su tiempo y un mensaje siempre en defensa de la democracia. También hablaste de Cristina, otra mujer de la historia reciente que luchó por la Patria y la igualdad. La batalla actual también dispara contra lo cultural, contra los símbolos. Desde tu lugar de artista pero también mujer, ciudadana y persona comprometida con lo cívico, ¿qué piensa que se puede hacer desde la cultura para cambiar la realidad?
—Yo creo que hay que hacer lo que estamos haciendo, que es resistir en la cultura. Los pueblos, cuando pasan momentos críticos, se abroquelan y aferran a su historia y a su memoria. Y fundamentalmente hay una búsqueda de mirar para adentro. Recordemos que en la época de la última dictadura hubo una necesidad de espacios alternativos donde la gente se juntaba para hablar de lo que pasaba pero también para escuchar a poetas y músicos. Yo misma viví esos circuitos cuando llegué, en el 79, a vivir a Buenos Aires y en las casas de familia se organizaban conciertos para poder pensar y expresarnos con libertad; se creaban esos lugares. Hoy también se están creando para pensar la política y la cultura. Hay reuniones donde se presentan discos, donde los dueños de casa cocinan y se comparte. Es increíble y extraordinario lo que se desarrolla en los momentos críticos con toda la imaginación. Más allá de esto creo que siempre hay que tener en claro que nunca hay que dejar de pensar en política porque atraviesa todo y nosotros somos los protagonistas de nuestro destino. Somos los que tenemos que dar los pasos necesarios para poder cambiar la historia. Por supuesto que también hemos sido nosotros los que elegimos democráticamente. A veces las mayorías terminan creyendo un discurso que se repite en los grandes y poderosos medios de comunicación que tienen una llegada enorme. Los medios primero hacen la agenda diaria y luego instalan mensajes. Esa mecánica mediática que domina hoy al mundo es una forma de penetración cultural. Esa penetración tiene mayor llegada en algunos sectores que, nos guste o no, aunque estemos distraídos, va haciendo su tarea. Tenemos que estar conscientes. Lo hemos podido hacer muchas veces a lo largo de nuestra historia. Y confío en nosotros, confió en nuestro pueblo que tiene memoria.

—En Latinoamérica y algunos países de Europa como España volvieron a escucharse autores paradigmáticos de la resistencia cultural. Son autores que, como usted, contaron historias atravesadas por realidades comunes a un continente. Es sorprendente y emocionante que esas canciones sigan tan vigentes con otros contextos…
—Es que la historia es cíclica. Esas canciones van a contar siempre esos momentos en que fueron escritas con esa decisión que tuvieron aquellos autores para contar lo que vivían. Los emergentes de cada pueblo toman decisiones, de golpe pueden elegir no comprometerse ideológicamente con nada o dar testimonio de su época. Incluso los que no se comprometen están hablando y mostrando una diversidad de las distintas épocas, están mostrando una realidad que cohabita. Yo misma me sorprendo con canciones que me pide el público hoy y no lo puedo creer porque cuando yo misma las estoy cantando siento que tienen una actualidad impresionante. Las de Víctor Heredia, de (León) Gieco, Violeta Parra, (Alfredo) Zitarrosa y (Atahualpa) Yupanqui ya están escritas pero siguen siendo verdad porque tienen directa relación con la vida de los pueblos. Y como la historia es cíclica, cuando vuelve a aparecer una crisis como esta, esas canciones florecen nuevamente, están al alcance de la mano para volver a decir a través de ellas.

—En “Todo lo que tengo”, su último disco, hay una decena de poemas musicalizados y cantados donde confluyen plumas como las de Cortázar, Tejada Gómez, Neruda, Borges y María Elena Walsh. ¿Qué la llevó a elegir a estos autores para dar testimonio de este momento?
—Esos grandes escritores van a atravesar nuestra vida y la de las generaciones venideras porque siempre hablarán por nosotros. Fui a buscarlas porque las necesitaba, porque me ayudan a caminar y dicen por mí. Necesito su poesía, la lucidez de esos escritores que me acompañan a vivir. El disco es casi como una declaración jurada de bienes, los bienes que marcan huellas profundas de las que no quiero irme nunca. Para mí, las dos herramientas más valiosas son la música y la palabra, la poesía. Necesitaba hacer este disco, ir a mis maestros, maestros de tantos, que seguirán ocupando ese lugar. Quería tenerlos a mano, para mí, para mi corazón y para hacerles mi música con todo respeto para que sean escuchadas por el pueblo. Fue un trabajo fascinante y además, compartir con tantos colegas, fue un lujo.

—Por casi dos años ocupó un rol central en el país como ministra de Cultura de La Nación. ¿Le gustaría volver a hacer política desde un lugar de gestión?
—La gestión me gustó. Lo hice por primera vez cuando fui Directora General de Música de la Ciudad de Buenos Aires. Un tiempo ocupé ese lugar y me di cuenta de la importancia del rol del Estado como el gran propulsor del quehacer del pueblo. En ese caso era exclusivamente de música, un lugar donde abrir y sostener espacios con colegas músicos; la posibilidad de estar cerca de la gente. Después estuve al frente del Ministerio (de Cultura de la Nación) que para mí fue un honor que la presidenta Fernández de Kirchner confiara que podía transformar una secretaría en un ministerio que no existía para dejarlo funcionando como una herramienta más para, justamente, equilibrar todo aquello que el mercado no considera; la importancia del Estado que puso el ojo en los espacios alternativos que crearon los artistas que emergían de ese mismo pueblo con la necesidad de expresarse a través de esa forma de hacer cultura que es el arte. Para mí fue una tarea maravillosa y le dediqué el año y ocho meses que tenía para hacerlo y así dejé armada esa estructura con determinada cantidad de programas para que se puedan desarrollar. Fue una terea fascinante y la cumplí con honor porque todos clamábamos por un ministerio pensado exclusivamente para la cultura y se nos dio. A mí la política me interesa desde niña pero nunca fui política en el sentido de que esa fuera mi profesión. Cumplí con mi trabajo de funcionaria y fue maravilloso pero ya está. Lo que soy es cantora.

Para agendar

Teresa Parodi, acompañada por el guitarrista Ernesto Snajer, se presentará este viernes, a partir de las 21, en Distrito 7 donde mostrará las canciones de “Todo lo que tengo”. De la velada formará parte la trovadora cubana Yaima Orozco.

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