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"Si me cuelgo, no será mi culpa"

Teorías conspirativas para la muerte en una cárcel española del pionero de los antivirus John McAfee

El fallecimiento del excéntrico millonario, de 75 años, aparece en principio como un suicidio, pero investigan otras hipótesis. Una vida singular y una fortuna que descendió de los 100 a los cuatro millones de dólares


El excéntrico multimillonario y en su momento referente líder de las compañías de ciberseguridad John McAfee fue encontrado muerto en una prisión de Barcelona donde esperaba su extradición a los Estados Unidos. La hipótesis inicial es que se trató de un suicidio, pero posteos del magnate, que intentó llegar a la Casa Blanca y asesoró al gobierno cubano sobre criptomonedas, siembran dudas. Alrededor del final de esta personalidad singular, que tenía 75 años, crecen las teorías conspirativas que vinculan su deceso con el poderoso empresario condenado por delitos sexuales Jeffrey Epstein, hallado muerto en su celda del Metropolitan Correctional Center de Nueva York el 10 de agosto de 2019.

En octubre de 2020, McAfee publicó que estaba “contento” con la prisión en España y que tenía “amigos” allí. “Solo sepan que si me ahorco, a la Epstein, no será culpa mía”, agregó. En otra publicación, afirmó que recibía “mensajes sutiles de las autoridades de Estados Unidos que de hecho significan: ¡Vamos por ti, McAfee! ¡Vamos a matarte!”. Y por ello, concluía con una advertencia: “Si me suicido, no fui yo. He sido asesinado”.

El suicidio de Epstein, que enfrentaba cargos por tráfico sexual de menores entre los círculos de ricos y famosos también abrió un abanico de especulaciones conspirativas. Están centradas en que el comprobado depredador sexual pudo haber sido asesinado porque sabía demasiado sobre las vidas privadas de muchas personalidades poderosas e influyentes que frecuentaban su isla privada y las fiestas con excesos y delitos sexuales.

El ex analista de la Agencia de Seguridad de Estados Unidos Edward Snowden comparó el caso de McAfee con el de Julian Assange, quien podría enfrentarse a una sentencia de hasta 175 años en una prisión de máxima seguridad en caso de que sea extraditado a los Estados Unidos.

“Europa no debería extraditar a los acusados de delitos no violentos a un sistema judicial tan injusto y a un sistema penitenciario tan brutal que los acusados preferirían morir antes que someterse a él. Julian Assange podría ser el siguiente”, expresó Snowden.

Para sumar argumentos a las teorías conspirativas, poco después de conocerse la noticia de la muerte de McAfee, su cuenta oficial en Instagram mostró una imagen inquietante: la letra Q sobre un fondo blanco. Se leyó como una referencia a la popular hipótesis de QAnon: que en Estados Unidos hay una poderosa red de pedófilos satanistas, que incluye a actores, empresarios y políticos del Partido Demócrata, que organiza orgías y rituales con menores.

McAfee había criticado varias veces, y públicamente, a las autoridades estadounidenses. Y las amenazó con “exponer la verdad” sobre quienes manejan “el poder” en la potencia mundial. En consonancia, su esposa, Janice, declaró que “las autoridades de Estados Unidos están decididas a hacer que John muera en prisión para hacer de él un ejemplo por pronunciarse contra la corrupción en sus agencias gubernamentales”. Fue días antes de que apareciera muerto en la cárcel.

La investigación judicial de la muerte está a cargo de un tribunal en Martorell, una ciudad al noroeste de Barcelona que tiene jurisdicción sobre la cárcel donde murió McAfee.

El abogado español del magnate, Javier Villalba, dijo que la muerte del empresario sorprendió a su esposa y otros familiares, y añadió que llegaría “hasta el fondo” para dilucidar cómo falleció.

“Esto fue un balde de agua fría muy fuerte para la familia y la defensa, porque la extradición no iba a ser inmediata”, dijo este jueves el letrado a The Associated Press. “Nadie esperaba eso, no se había despedido de su mujer”, abundó.

Villalba admitió que, por el momento, no tenía indicios de algún delito, como un asesinato, pero atribuyó la muerte a “la crueldad del sistema” por mantener preso a un hombre de 75 años por delitos económicos no violentos y después de que los jueces le negaran la libertad bajo fianza.

“Hemos conseguido anular siete los 10 cargos, ¿y aun así sigue siendo esa persona tan peligrosa que se piensa fugar de España?”, preguntó el abogado y completó el argumento: “Si soy una eminencia mundial, ¿dónde me voy a esconder?”

Una vida siempre cerca de todos los bordes

La vida de John McAfee, creador de uno de los antivirus más populares y promotor de las criptomonedas, no fue aburrida.

Pionero en seguridad informática, su fortuna se desplomó desde los 100 millones de dólares a menos de cuatro por la crisis económica.

Su mundo privado no era menos singular que el público, aunque muchas veces se mezclaron. Admitió que tenía 47 hijos y tuvo su primer vínculo problemático con la ley bajo sospecha de haber asesinado a un vecino con el que mantenía diferencias por sus mascotas. Sus cuestionamientos a la élite política se tradujeron, además, en dos intentos por competir en las presidenciales de los Estados Unidos, ambo fallidos.

McAfee había nacido dentro de una base militar estadounidense en el Reino Unido. Estudió matemáticas y se destacó de joven en el mundo de la informática. Con esa capacidad, trabajó en grandes empresas como Nasa o Xerox.

En 1980 se incorporó a la Lockheed Martin, donde comenzó a estudiar los virus informáticos. Y diseñó un sistema para “desinfectar” las computadoras primero, y las redes después. Nada menos que el padre de los antivirus actuales.

Siete años más tarde, creó la empresa que lleva su apellido. Casi como un clásico, operaba en sus inicios en un anexo de su casa en Santa Clara, California. Le vendió la compañía a Intel en 2010.

Su fama como programador ya corría a la par que la que ganó por sus excentricidades. En particular, su afición por las fiestas descontroladas y su obsesión por las armas y las mujeres.

A la par, comenzaron sus problemas legales, en principio con el fisco estadounidense.

Belice, Bahamas, Cuba, España

Se mudó a a la monárquica Belice, en Centroamérica, para fundar una empresa de biología de comunicación bacteriana. En 2012, lo acusaron allí de estar relacionado con el asesinato de su vecino, con quien mantenía una disputa por unos perros.

McAfee contó a la revista Wired que se escondía en cajas enterradas para huir de la Policía, que se había teñido el cabello y la barba y que se disfrazó para no ser reconocido.

Poco después, desde Gautemala, lo deportaron a Estados Unidos. Fijó residencia en Tennessee poco después de casarse con Janice McAfee, a quien dijo haber conocido en Miami Beach cuando ella le ofreció sus servicios como prostituta.

En 2016 comenzó una campaña por la Presidencia enrolado en el Partido Libertario, aunque nunca la formalizó.

En La Habana, campaña y criptodinero

Las autoridades estadounidenses empezaron a investigarlo en 2019 por evasión fiscal. Él mismo confesó que no había pagado impuestos durante más de ocho años por considerarlos “injustos”.

Acosado, en enero de 2019 viajó a Bahamas, y luego a La Habana, Cuba, desde donde intentó lanzar una nueva carrera hacia la Casa Blanca para las presidenciales de 2020. McAfee se ofreció incluso como asesor en criptomonedas al gobierno cubano.

Una nueva acusación de su país lo complicó: por fraude de valores y transferencias bancarias por engañar a inversores en medio del boom de 2017-2018.

Fue detenido en Barcelona en octubre del año pasado, cuando intentaba viajar a Estambul desde el aeropuerto de la capital catalana.

Horas antes de su muerte, la Audiencia Nacional de España había dado el visto bueno para extraditarlo a Estados Unidos.

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