Pasadas las 22 del lunes, la violencia que aqueja la ciudad desplegó su peor cara en barrio Emaús, en la zona noroeste. Cuatro adolescentes de entre 13 y 15 años fueron víctimas de una balacera por los ocupantes de un auto que pasaron a los tiros por Génova y González del Solar.
Esos disparos a mansalva se cobraron la vida de Lucas Giovanni Vega Caballero, que tenía 13 años y era jugador de fútbol en las inferiores de Rosario Central. Una pasión que mostraba en sus redes sociales desde muy pequeño. El chico recibió un tiro en el pecho y murió prácticamente en el acto.
Javier, de 15 años, y familiar de Lucas, también resultó herido. Al igual que Fabricio y Dylan –atendido en el Policlínico San Martín–, todos vecinos que se habían juntado en esa esquina de barrio Emaús.
Según trascendió de fuentes barriales, los adolescentes la ligaron de rebote. Y el motivo de la balacera –de acuerdo con esta versión extraoficial– sería la cercanía de un “nuevo vendedor” de drogas que competidores en el negocio quisieron sacar del medio.
Como muestra del desquicio, en el lugar los peritos policiales juntaron 20 vainas servidas calibre 9 milímetros.
El caso es investigado por la fiscal Gisela Paolicelli y la Division Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
“Desde el Club Atlético Rosario Central lamentamos profundamente el fallecimiento de Lucas Vega, a sus 13 años, quien fuera jugador de nuestra institución en las divisiones infantiles. Enviamos nuestro pésame a la familia en este difícil momento, nos sumamos al pedido de justicia y exigimos el esclarecimiento de la muerte de Lucas”, fue el comunicado del club de Arroyito.
“Fuerza, familia Vega. Qué triste noticia, Lucas. Hasta cuándo van a seguir pasando estas cosas, loco. Fuiste, sos y serás un crack, Lucas, uno de los mejores jugadores que me tocó dirigir”, escribió Javier en las redes sociales..
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