El ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, afirmó hoy que “el desafío para la militancia es tener un fuerte conocimiento del modelo que se empezó a construir en la Argentina a partir de 2003, que es un modelo de país autónomo, integrado fuertemente a Latinoamérica y sabiendo que el imperialismo siempre quiso dividir para reinar”.
Alak formuló declaraciones a Télam durante el encuentro de la militancia que se desarrolla en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata organizado por las agrupaciones que integran el espacio político kirchnerista Unidos y Organizados en la capital provincial.
“Hay cuestiones que son básicas: necesitamos un país con una fuerte política económica autónoma, con un perfil fuertemente industrial, con altos niveles de empleo y de ocupación que se han conseguido”, señaló el ministro quien, además, destacó “la posición muy firme del país en cuanto al poder económico mundial, especialmente en cuanto al financiero, como estamos teniendo ahora con los fondos buitre”.
El ex intendente platense añadió que si bien “hay mucho para mejorar en todos los ámbitos”, es “indispensable mantener este esquema de autonomía política y económica y profundizar este esquema interno de inclusión social”.
“Se avanzó muchísimo, bajaron las tasas de pobreza, desempleo y desocupación; pero hay que seguir apostando a que esas tasas sigan mejorando y a seguir creciendo en la instrucción y la educación” y añadió que “la educación gratuita es el gran instrumento liberador de los pueblos, y -aunque no se sepa- lo logró Perón en 1949”.
“Hay que seguir apostando a la educación pública, eso permitirá contribuir a la industrialización de la Argentina, que siempre fue el gran desafío de los padres de la patria, y tener un mayor nivel de conciencia para enfrentar a los grandes poderes económicos cada vez más concentrados, más feroces y que en función del lucro son capaces de pisotear la soberanía de todo el mundo”, dijo.
Por último, consideró que “el tiempo que uno dedica a la función pública es tan intenso que muchas veces no tiene tiempo de escuchar a ese ser clave que es el militante, el que tiene el compromiso tan fuerte”, por lo que evaluó que “el hecho de que el funcionario pueda escuchar al militante enriquece mucho”.
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