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Brusco cambio

Temporal de viento y lluvia paralizó la Costa Atlántica

La peor parte se la llevó Mar del Plata: se inundaron barrios de la periferia y había unas 80 familias evacuadas.


A pocos días del “veranito de agosto”, el clima de gran parte del país cambió radicalmente con vientos intensos y algunas lluvias fuertes que provocaron ayer la suspensión de clases en distintos puntos de la costa atlántica bonaerense y en la zona serrana, además de un intenso frío en varias zonas del centro del país.

Desde este domingo pasado, los vientos habían causado inconvenientes en la costa atlántica de Río Negro y Buenos Aires, mientras que en la zona metropolitana porteña y alrededores se produjo la caída de granizo en distintos sectores.

En la ciudad de Viedma, al viento con ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora se le unieron los 100 milímetros de lluvia, por lo que una docena de familias debieron autoevacuarse. También se produjeron inconvenientes en Necochea, donde una veintena de casas sufrieron voladuras de techos.

En Mar del Plata, donde las lluvias dieron lugar a anegamientos –había ayer unas 80 familias evacuadas–, la situación con los vientos que alcanzaron por momentos los 120 kilómetros por hora, obligó a las autoridades a suspender las clases, al igual que en Tandil y en otros sectores del sur bonaerense.

En tanto, la ruta provincial 88 fue cortada ayer al tránsito entre las localidades bonaerenses de Batán y El Boquerón, en ambos sentidos, debido al agua acumulada por las lluvias superaba el nivel de la calzada.

El corte afectaba el desplazamiento vehicular entre el kilómetro 19, a la altura de Batán, y el 60, en El Boquerón, y continuará hasta tanto mejore la situación, señaló ayer la Dirección General de Movilidad Urbana.

Funcionarios de esa dependencia recomendaron a quienes se dirijan a Miramar, Comandante Nicanor Otamendi o Necochea tomar la ruta 11 o la alternativa de avenida Antártida Argentina por el llamado “Camino Viejo”.

También hubo corte vehicular en el paseo costero marplatense Jesús Dávila, en el centro de la ciudad, a raíz del tamaño de las olas y ante el riesgo de posibles marejadas, añadieron las fuentes.

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