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Tembladeral griego

Mientras comenzó un nuevo paro general contra los ajustes reclamados por la UE y el FMI, renunciaron seis integrantes del gabinete del gobierno.

Policías y manifestantes se enfrentaron en las calles de Atenas al iniciarse ayer una huelga general de 48 horas contra las medidas de austeridad exigidas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar una cesación de pagos y millonarias pérdidas a los grandes bancos de la región. Al mismo tiempo, un ministro de gobierno, cinco viceministros, un diputado y un alto cargo del partido conservador Nueva Democracia (ND) renunciaron para expresar su rechazo a las duras condiciones ligadas al nuevo paquete de rescate, aún sin aprobarse.

El ministro de Transporte, Makis Voridis, y los viceministros de Marina Mercante, Asterios Rontulis; Agricultura, Adonis Yeoryiadis, y Defensa, Yeoryios Yeoryiu, los cuatro del partido ultraderechista Laos; además de la viceministra de Exteriores, Marilisa Xaenoyannakopulu, del socialista Pasok, fueron quienes, hasta ayer, habían presentado su dimisión.

Los políticos griegos, en su inmensa mayoría sumisos a los dictados del FMI y la UE, ahora se han mostrado renuentes a hacer los nuevos recortes exigidos por los organismos internacionales debido a la cercanía de las elecciones, que probablemente se celebrarán en abril próximo.

En tanto, las primeras informaciones sobre los disturbios en Atenas no dieron cuenta de detenciones ni víctimas, pero se temía que la violencia vaya en aumento en la segunda jornada de paro de 48 horas decretado por los sindicatos en contra de la austeridad y las medidas de ajuste.

En las calles de Atenas, antes de que se produjeran los choques, pudo verse a militantes distribuyendo panfletos titulados “Wanted” (buscado) en los que se ofrece una recompensa de un euro al que detenga a algún integrante de la troika de acreedores internacionales integrada por el FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE),

Mientras tanto, los mercados financieros reflejaban el conflicto: el euro y las acciones cayeron ayer, después de que la UE y el FMI dejaron claro que los nuevos recortes de gastos y salarios acordados por el gobierno griego no eran suficientes para reestructurar el pago de la deuda.

La UE y el FMI tienen en su mano un plan de rescate por 130.000 millones de euros que solamente van a liberar si Grecia se ajusta más los cinturones para pagar a los grandes tenedores de su deuda, la banca francesa y alemana.

La coalición de gobierno interino del primer ministro griego, Lucas Papademos, advirtió que “una quiebra no controlada puede sumir al país en una desastrosa aventura” y crear “las condiciones de caos económico y explosión social”.

Los griegos, que desde hace cinco años vienen soportando una severa recesión, están cada vez más descontentos con las medidas de ajuste que profundizan las penurias en un país donde una de cada cinco personas está desempleada.

“No a los despidos, no a los recortes salariales, no a los recortes de pensiones”, decían los parlantes instalados en la plaza Syntagma de Atenas, frente al parlamento. La huelga prácticamente paralizó el país al suspenderse todo tipo de transporte. Además, millones de empleados, maestros y profesionales

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