Edición Impresa

Tema que no es cuento chino

Cancillería resolvió intervenir ante versiones de que el gigante asiático pondría trabas al aceite de soja nacional. La cuestión preocupa a privados y al Estado, que percibe u$s 480 millones por retenciones.

La preocupación por un posible boicot de China a la importación de aceite de soja argentino se acentuó ayer, cuando la Cancillería tomó intervención en una disputa de claro origen comercial pero vehiculizado a través de aristas técnicas y económicas. La noticia tomó estado público cuando una agencia de noticias extranjera alertó que funcionarios de China recomendaron a importadores de su país no comprar aceite de soja argentino. “Nos aconsejan que no compremos aceite de soja argentino como parte de las medidas de represalia comercial”, afirmó a esa agencia un operador de una firma internacional de comercialización. Al comprobar que las versiones tenían asidero, el Ministerio del Exterior inició “negociaciones y las conversaciones bilaterales de rigor para dar cumplimiento a las normas técnicas correspondientes” exigidas por China a los productos argentinos. Sin embargo, en un comunicado, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) atribuyó la posible medida a la entrada en vigor ayer de una nueva norma sanitaria, que de aplicarse perjudicaría al aceite de soja fabricado en el país para exportar al gigante asiático.

La semana próxima viajará a Pekín el vicepresidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Carlos Paz, para una reunión sobre temas sanitarios que ya estaba prevista. La Cancillería aprovechará la presencia del Senasa para avanzar en la negociación técnica con China por el aceite de soja.

En concreto, la medida establece “un límite máximo de 100 partes por millón de residuos de hexano en los embarques de aceite de soja crudo”. El hexano es un químico utilizado como disolvente para la extracción industrial de los aceites de semillas oleaginosas (ver aparte).

“La Argentina vende bajo condiciones de calidad acordes con el estándar mundial”, expresó la cámara aceitera.

Según fuentes privadas, la medida podría obedecer también a represalias de medidas antidumping que puso en marcha el gobierno nacional en los últimos meses para proteger a la industria local de las importaciones chinas.

Sin embargo, el director ejecutivo de la Cámara de Industria, Comercio y Producción Argentino-China, Ernesto Fernández Taboada, descartó cualquier posibilidad de boicot. Además, voceros de la cartera de Relaciones Exteriores ratificaron que “los dos países mantienen una relación constructiva y de diálogo permanente para resolver cualquier problema que todo intercambio comercial diversificado y en expansión puede generar”.

En ese marco, lo cierto es que el tema resulta clave también para el gobierno, ya que según la Bolsa de Cereales también hay 480 millones de dólares en retenciones a las exportaciones.

La Aduana china registró que en 2009 ingresó desde la Argentina 1,83 millón de toneladas de aceite crudo de soja, lo que equivale al 76 por ciento del total importado por China, por un valor de 1.408 millones de dólares.

El martes, al dar el alerta sobre el tema, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires recordó que China es el principal importador mundial de aceite de soja, con casi un cuarto del mercado global. Y que la Argentina es el principal exportador mundial de este tipo de aceites, con cerca del 55 por ciento del mercado mundial.

En concreto, se habla de una torta de 1.600 millones de dólares, que es el valor que podría alcanzar este año las exportaciones de aceite de soja a China.

 Y el problema ya genera impacto:  “Las empresas operarían sus plantas de crushing (molienda) a un nivel subóptimo afectando las multimillonarias inversiones que se han realizado en los últimos años y, con ello, los niveles de valor agregado y empleo”, advirtieron ayer desde el sector.

Comentarios