Espectáculos

Teatro de luto: murió María Teresa Gordillo. El recuerdo de Arteón

La directora de "Protección al menor" falleció el jueves. Gordillo fue un referente del teatro rosarino. Las emotivas palabras de Néstor Zapata, compañero de María Teresa en la fundación de Arteón.

Un comunicado de la Delegación Rosario de la Asociación Argentina de Actores comunica el fallecimiento de la actriz y directora teatral María Teres Gordillo. Referente del teatro rosarino, luchadora incansable, María Teresa fue una de las fundadores de Arteón, emblemático grupo de experimentacióny resistencia del escenario rosarino de finales de la década del sesenta.

Gordillo era directora de la obra “Protección al Menor”, además de haber participado en la dirección de “Hombres en escabeche”, “Muerte Accidental de un anarquista” y “Tiempos Difíciles”. Como actriz María Teresa Gordillo trabajó en “Tosca Callejera”, entre otras obras. La directora y actriz festejó este verano los 25 años del ciclo “Teatro para dialogar” con uno de los clásicos de la movida teatral, al reponer la célebre historieta de Meiji y Tabaré, “Protección al menor”.

El comunicado de la Asociación de Actores expresa que por su voluntad, la familia decidió no hacer velatorio y su cuerpo será cremado.

Sin dudas una luchadora incansable del Teatro Nacional.

Sala Arteón le rinde su emocionado a esta mujer luchadora incansable del Teatro Nacional. Néstor Zapata, fundador de Arteón junto a María Teresa Gordillo y Sara Lindberg, recuerda a Mary, en aquel 27 de julio de 1965, en que pensaron y crearon el emblemático espacio cultural de Rosario:

Mary en nuestro recuerdo.

Cumplimos en dar a los compañeros, a los colegas y a los amigos, la triste noticia del fallecimiento de María Teresa Gordillo.

Para nosotros se ha ido Mary, nuestra amiga.

Para la Cultura se ha perdido una luchadora incansable del Teatro Nacional.

La conocimos allá por el inicio de los ´60, -Mary comenzó a actuar desde muy jovencita-, cuando construíamos la Sala del TIM Teatro y luego la vida nos llevó a transitar juntos un camino común de teatro, cine y militancia por casi 25 años.

En un atardecer del 27 de julio de 1965, en un barcito que había en calle Sarmiento al 600, Mary, Sara Lindberg y yo (Néstor Zapata) fundábamos el Arteón.

Juntos levantamos la primer Sala en la planta alta de la confitería de Mitre y Córdoba y después la de Sarmiento 778, -la misma que reinauguramos el año pasado-, juntos hicimos nuestra primer Gira Internacional con “Stéfano” por México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia y Venezuela, filmamos nuestra primer película: “C.65” la que pudimos pagar gracias a que “inventamos” los cines-trasnoches y Mary y Sara salían a vender entradas todos los días del mes en cuanto bar, restaurant o comedor universitario existiese. Llegamos a programar seis o siete salas simultáneas. Juntos asistimos a la quemazón de la Sala Arteón en esa madrugada del 27 de octubre del ´72, en los finales de la dictadura -alguien pensó que “nos podían borrar” y lo intentaron- y juntos la reconstruimos y redoblamos la actividad. Juntos luchamos por la Ley Nacional del Teatro y por un Sindicato de Trabajadores del Teatro que nos represente y juntos nos bancamos después las prohibiciones y persecuciones del golpe del ´76 y abrimos aquel emblemático sótano de Laprida 555 dónde nació la resistencia cultural en Rosario y siguió funcionando el Microcine y surgieron los Talleres de teatro y cine.

Fueron años de miel y fuego.

Años jóvenes de trabajo y entrega y de obras y personajes queridos.

Como olvidarla en sus actuaciones de “Panfocus”, “Cosacontagio” y “Pequeña Bárbara” o en su creación de Clarita la Cultura de “Compañero País”, en la Madre de aquel descomunal “Stéfano” o en la Selva Galante de aquella primera versión del “Bienvenido León de Francia…!”.

Mary siguió después años y años su lucha incansable por la dignidad de nuestra profesión. Para ella no había “imposibles”.

Quien no la recuerda siempre presente en todas las reivindicaciones de los trabajadores del teatro de todos estos años, así como estuvo inexorablemente todos los sábados al mediodía con su sombrero repartiendo entradas en peatonal Córdoba para todos los teatros independientes de la Ciudad.

La muerte la encontró porfiada, organizando, trabajando.

A nosotros se nos ha ido una compañera de lucha y de sueños.

Compañera de aquellas luchas, sueños y proyectos hasta el amanecer, esos de los años ´70 y también de estos, los de hoy, los que la seguirán teniendo como protagonista en cada uno de los logros que alcancemos.

Mary, nos quedamos con tu sonrisa, con tu fuerza y con tu entrega.

Nos volvemos a ver en cualquier escenario, en la próxima gira, no lo dudes.

Sara, Quicho y Néstor, por Arteón

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