Ciudad

Opinión

Tan rápido se fue a morir… (a propósito del fallecimiento de un músico)


Por Federico J. Librio (*)

Tan rápido se fue a morir…

Eso dijo en Rosario, Salvador de 5 años, cuando le contaron que su papá Juan José Flores de 47 años, se había ido al cielo. Costó explicarle que nadie le había mentido, que sí había ido al médico, pero que no pudieron hacer nada, que se durmió y se fue al cielo.

Emilia de 2 años, repite casi mecánicamente por su papi y creo que no hay forma aún de poder hacerle entender que no lo va a poder conocer, que no va a poder forjar recuerdos que puedan hacerle sentir cuánto la amaba su padre.

El sábado 31 de julio de 2021, poco antes de la medianoche, Juanjo falleció en el Hospital de Emergencias “Clemente Álvarez” (H.E.C.A.) de Rosario, pese a que un día antes, ya había ido a hacerse atender por dolores en el estómago y luego de vomitar sangre; pero allí le dijeron que vuelva a su casa.

Si, al otro día, era más tarde, volvió a presentarse en el Hospital el sábado por la tarde, y luego de esperar un tiempo más que inútil y considerable, allí otro médico detectó la patología, y ordenó algo tan simple como una endoscopia, vieron una úlcera sangrante, ordenaron la operación de urgencia, operación de la que no salió, no la resistió por la cantidad de sangre que había perdido y nunca más va a regresar a su casa.

Nunca más va a abrazar y jugar con sus hijos, nunca más va amar a su esposa, nunca más va a tocar sus instrumentos, nunca más va a juntarse con su banda en la peatonal de Rosario para ganarse unos pesos y llevar algo de sustento a su hogar, nunca más lo van a contratar para tocar en eventos o hacer recitales… nunca más…

¿Porque nunca más?, esa es la pregunta, porque un padre de familia, un esposo, un hermano, un tío, un amigo, un compañero, un músico, un artista, una persona cualquiera, no vuelve más a su casa, luego de haber ido al hospital público.

¿Porque otra vez la iatrogenia médica?, desde hace cuatro mil años, (si 4000 años!), se trata de proteger a la sociedad civil de los errores, temeridades, negligencias, impericias o imprudencias de los médicos.

Cómo es que, en pleno siglo XXI seguimos siendo víctimas de la desidia, del desinterés, de la falta de empatía, de la carencia y la incomprensión del valor de una vida.

Una esposa, se quedó sin su compañero, sin la persona en la que se apoyaba cuando las cuestiones cotidianas los desbordaban. Salvador de 5 años se quedó sin su compañero de fútbol, de pileta, de videojuegos, de su maestro de guitarra, de su modelo y ejemplo de hombre a seguir.

Emilia, con tan solo 2 años, no va a recordarlo, pero su primera palabra fue papá, y eso hizo llorar a sus padres, e incluso esa anécdota, fue orgullosamente contada a todo su círculo de amistades, “mi hija dijo su primera palabra y fue papá.”

Quién y cómo se hace la dirección del H.E.C.A., cargo de esa ausencia, quien lo mandó un día antes a su casa sin hacerle ningún estudio y como se hace responsable de que algo tan simple como una úlcera, la cual fácilmente podría haber sido detectada a tiempo y esto no se hizo, y hoy Juanjo no está presente, y no va a estarlo nunca, acaso no hubo interés?, hubo negligencia?, hubo impericia?, hubo imprudencia?, no hubo conocimiento?, había otra urgencia y la vida de Juanjo no valía la pena?

Sres. Médicos el primero de sus juramentos les recuerdo que fue: “Ofeleein i mi vlaptein”, del Griego, “Primum non nocere”; del Latín, que significa: “ante todo no hacer daño.”

Bueno, les cuento que el 30 de julio de 2021, los médicos del H.E.C.A., cuando mandaron a la casa a Juanjo, hicieron daño; cuando tuvo que volver el 31 de julio de 2021 al otro día, y hacerlo esperar par ser atendido, hacerlo entrar solo y que su esposa espere afuera, en la calle, hicieron daño; cuando antes de la medianoche lo ingresaron al quirófano, hicieron daño; cuando una esposa se quedó sin su marido, hicieron daño; cuando sus hijos Salvador y Emilia se quedaron sin su papá, hicieron daño, cuando Mariana se quedó sin su hermano, hicieron daño; cuando sus sobrinos se quedaron sin su tío, hicieron daño; cuando un montón de gente se quedó sin su amigo, hicieron daño; cuando su banda se quedó sin su bajista, hicieron daño, cuando Rosario se quedó sin un artista, hicieron daño.

Vean todo el daño que hicieron, ahora díganme como le decimos a Emilia y Salvador que no van a poder jugar más con su papá.

Quien puede contestarle eso a mi ahijado Salvador de 5 años cuando preguntó, ¿Tan rápido se fue a morir?, ¿no están los médicos para que eso no pase? ¿nadie es responsable?

(*) Federico J. Librio

Padrino de Salvador

Tío de Emilia

DNI 25.361.927

Dolor entre las y los músicos de la ciudad por la muerte del bajista Juan José Flores

Comentarios