Pasaron quince días y la situación sigue exactamente igual. El plantel de Central Córdoba se mantiene firme en la postura de no retomar los entrenamientos en las instalaciones del club hasta que los directivos salden un porcentaje de la deuda que, entre sueldos y primas sin pagar, ya asciende a más de tres meses.
Pero la convivencia en la institución no puede continuar de esta manera. El problema se tiene que resolver y pronto, para que los futbolistas vuelvan a tener una sola cosa en la cabeza: el campeonato de Primera B Metropolitana.
El irregular arranque del equipo en el certamen incrementó aún más el clima de tensión en barrio Tablada. En las dos presentaciones que van hasta la fecha, el Charrúa sumó apenas un punto y encima cayó al último puesto en la tabla de los promedios.
Con el fantasma del descenso acechando de esa forma, la medida de fuerza tomada por los jugadores parece ahora más perjudicial que nunca, si bien los motivos son completamente justos y los argumentos más que sólidos.
Al día de hoy, el club le debe al plantel la mitad del sueldo correspondiente a noviembre, la totalidad de diciembre y enero, más un proporcional de julio y el aguinaldo. ¡Y también los premios por el ascenso logrado en junio!
Aunque siempre continuaron entrenando por cuenta propia, la paciencia de los futbolistas estaría llegando a su fin y todo indica que, para bien o para mal, los próximos días serán decisivos para conocer el desenlace de esta historia.
Según le confió a El Hincha un alto directivo de la institución, el club ya habría conseguido el dinero para empezar a saldar la deuda. ¿Se normalizará la situación esta semana o continuará el paro?
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