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Sur Du Monde

Sur Du Monde festeja diez años de carrera en McNamara

Pablo Cravzov, líder de la banda local, analiza la escena musical rosarina de cara a los festejos por los diez años del grupo que, en el marco de un show con invitados, mostrará su producción englobada en tres discos de estudio.


Una década en una noche. De eso se trata el plan que propone para hoy la banda rosarina Sur Du Monde que está celebrando diez años de carrera. Desde las 22, en McNamara (Tucumán 1016), mostrará toda la producción englobada en tres discos de estudio y algunas reversiones que le sientan bien a la formación integrada por Sebastián Martino (guitarra y voz), Walter Randisi (batería), Manuel Mori (bajo) y Pablo Cravzov (guitarras, programaciones y voz). La velada abrirá con el trío Viaje a un Minúsculo Planeta y, entre otros invitados, tocará Pablo Jubany.

Luego de haber participado del Festival SXSW en Estados Unidos, Sur Du Monde repasará sus canciones en la ciudad que los vio nacer y crecer.

Anticipando esta velada, El Ciudadano se encontró con el líder de la banda, Pablo Cravzov, y en una extensa charla recorrió la última década de la banda y del rock, uno de los géneros más populares del país. Desde el florecimiento de leyes que ampararon los derechos laborales de los músicos y la visión colectivizada de la profesión, hasta el individualismo y la “meritocracia” que propone el nuevo rumbo histórico. Pero también, de la escena, las canciones, los discos y el futuro.

¿Alternativos o indie?

“Hace dos años entré a la página de (el canal de música) MTV y vi que, bajo el rótulo indie, aparecía Radiohead. Ahí entendí como venía la mano. Algunos dicen que el indie es una mentira… para mí un nombre”, sentenció Cravzov. El músico dice que el término comenzó vinculado a la independencia y después se fue convirtiendo en una estética: “Me parece que quedó un poco en eso”, opinó. Y ejemplificó: “A Juana Molina la vieron miles en el Museo Castagnino y ella nunca va a ser mainstream”.

Un sonido expansivo

Formada en 2006, a lo largo de su carrera, Sur Du Monde desarrolló su concepto dentro del gran espectro del rock, influenciados por el pop rock alternativo, el rock inglés y la música pop argentina. De Tres (2012), su segundo disco, a A siete Jardines del Sol (2015), el sonido de la banda fue mutando. Para el líder, el primero es reflejo de su época, “de andar arrastrando un proyecto sin la experiencia”. Y justifica: “Las canciones entre sí son muy distintas, no está pensando como un disco”. Todo lo que no ocurrió en Tres sucedió en A siete Jardines del Sol (su tercer disco), “allí fuimos a grabar con casi todo en la cabeza”, recordó.

La unión hace la fuerza

“Históricamente, el rock nunca tuvo organización, nunca tuvo una seriedad. Y con todo el auge de las ONGs empezaron a aparecer espacios de músicos independientes que tenían más que ver con el género. Hoy hay un montón de terrenos ganados”, opinó el músico.

Desde este año, Cravzov forma parte de El Qubil Músicos Independientes de Rosario, una organización que agrupa a artistas que pretenden mejorar las condiciones de autogestión de la producción artística. “No podemos basar nuestra misión en la edición de discos, eso ya está, tenemos que seguir adelante”, se entusiasmó. Y confió: “Estamos repensando cuál tiene que ser nuestro rol. Hace un tiempo, con un grupo de músicos, armamos un sello independiente (Fluorescente Discos) y eso no es casual, responde a la proliferación de sellos autogestivos en el país”.

“La década ganada”

Sur Du Monde nació en 2006 y comenzó su desarrollo como banda en un tiempo histórico donde floreció lo colectivo y tomó fuerza la idea de pensar al artista como un trabajador, un “sujeto de derecho”. Desde el 10 de diciembre de 2015, el panorama se perturbó y ya nadie está exento de este “cambio” que invita a suprimir lo colectivo en favor del aislamiento individual en una oda a la vieja farsa de la “meritocracia” que vuelve, como en los 90, a querer configurar un paradigma de pensamiento. Para Cravzov, las puertas están abiertas a un “cambio bueno” (ríe) y, cuidadoso de sus palabras, opina, por ejemplo, que la Unión de Músicos Independientes (UMI), una organización que lucha por la optimización de los medios para la producción de música independiente y autogestionada, nació en el 2001, un momento que coincide con el auge del retroceso del Estado: “Allí aparece un auge de las ONGs que vienen a suplir esa falta”.

“Cuando se empieza a hablar de gasto y de eficacia, se empieza a recortar en la cultura, en la educación; es lo primero que cae. Está en el manual, pero todavía estamos gozando de un viento de cola que probablemente tenga que ver con el anterior gobierno nacional que generó un montón de condiciones”, expresó el líder de la banda y, en referencia al futuro, pronosticó: “Creo que vamos a seguir viendo, un tiempo más, los frutos de este trabajo que se hizo en los últimos años”.

“Hace poco ganamos un concurso de Converse. Ahí grabamos el cuarto disco que saldrá en 2017. Este disco, todavía, tiene un poco de esa lírica más alegre, pero ya estamos conversando sobre las próximas letras y creemos que ya se terminó ese momento. Ahora hay que empezar a pensar en letras que apelen a la gente desde un lugar más crítico que también es más honesto”.

Llegó la primavera

Cuando ciudades como Córdoba, Buenos Aires y Mendoza ya están en una maduración de su escena, Rosario parece comenzar a caminar. Para Cravzov, lo que pasó en Córdoba en los últimos años con el rock y el pop, hizo que se alejaran “años luz” de cualquier otra ciudad. “Lo de Córdoba, creo que tiene que ver con la Universidad. La Facultad de Música de Villa María, una de las pocas de música popular del país, aportó mucho. Y también tiene que ver con la bonanza económica de los últimos años. La UNR no es tan federal, no está abierta a gustos musicales”, opinó el músico chaqueño radicado en Rosario hace quince años. No obstante, se entusiasmó: “Rosario está floreciendo, hay una primavera que no hay en Buenos Aires y que en Córdoba ya lleva años. Soy optimista con lo que viene”.

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