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Súper devaluado

Abel Alves depende de una victoria para continuar como técnico xeneize.

Boca y River protagonizarán una nueva edición del superclásico del fútbol argentino, en un partido devaluado por el presente de los dos equipos más allá de que esto no le quitará emoción y pasión al juego que se llevará a cabo en La Bombonera.

En esta oportunidad no hay más en juego que el honor, porque el presente de los dos equipos es malo, lejos de la pelea por el título y con rendimientos muy lejos de ilusionarse con un futuro mejor.

Como pocas veces en la historia, esta vez al ganador del superclásico llevarse los tres puntos no le dará un impulso como para poder aspirar a ser campeón, porque no sólo están lejos sino que tienen más de diez equipos arriba.

De todos modos, los dos tienen mucho en juego. En Boca el entrenador Abel Alves se juega su futuro, al igual que muchos futbolistas, mientras que en River, una derrota acercará los fantasmas sobre la continuidad de Leonardo Astrada.

Tanto en River como en Boca creen que la llave del partido estará en el mediocampo, donde Riquelme por un lado y Gallardo por el otro intentarán manejar los hilos.

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