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Penal inexistente

Sueño robado

Diego Ceballos sancionó adentro una clarísima falta que fue afuera del área y dejó a los de Arroyito sin nada.


Despojado. Sin nada. Injusticia. Y, vaya paradoja, justo en el Mario Alberto Kempes.

Central se quedó sin nada. No porque lo haya merecido, sino por un grosero error del árbitro. Diego Ceballos, el de las estadísticas a favor, se equivocó y feo. Otra vez sin nada, otra final que se le escapa. Enfrentó al mejor equipo de la temporada, pero no lo perdió por eso. Cayó por un yerro inentendible del juez, el gran protagonista de la noche.

Central hizo méritos, como mínimo, para no perder durante los noventa. Tuvo enjundia, pero es cierto que le faltó juego. Aunque el rival tampoco jugó. Boca lució cansado, pero contó con el regalo que le dio el árbitro y lo aprovechó al máximo.

El Canalla se quedó con las manos vacías: sin torneo y sin Copa. Sólo con el premio consuelo del ingreso a la Libertadores, que parece muy poquito.

Capítulo aparte para Eduardo Coudet. Otra vez se fue expulsado cuando al juego le quedaba todavía una vida. Encima del resultado, el Chacho fue el “juez” que tuvo la decisión de guardar algunos jugadores en la penúltima fecha cuando todavía tenía chances.

Los primeros minutos de la final fueron de mucho estudio. A Central le costó entrar en partido y cuando Boca se lo quiso llevar por delante, el Canalla comenzó a tener la posesión de la pelota.

Pero a pesar de la mejor tenencia y circulación del balón, al equipo del Chacho le faltó más participación de sus extremos, Montoya y Fernández, y esto provocó que los delanteros quedaran muy asilados. Hasta la movilidad del pibe Cervi estuvo ausente, bien anulado por Erbes.

Así, entre las ganas de uno y otro, el encuentro recién tomó vuelo sobre la media hora.

Y fue Central quien terminó con una mejor imagen. Sobre todo por ese gol anulado por el asistente Marcelo Aumente a Ruben por offside de Larrondo. ¿Estaba adelantado el ex Tigre? Por un pelo.

Semejante polémica tuvo como único beneficiario a Boca. Es que todos los jugadores canallas se le fueron al humo al línea, perdiendo la concentración y hasta la presencia del Chacho dentro del terreno de juego, quien se excedió en las protestas y vio la roja por parte del árbitro Diego Ceballos.

Lo del complemento es historia conocida: falta de Ferrari a Peruzzi un metro afuera del área y gol en offside de Chávez. Robo completo y adiós al título.

Lo de anoche fue una demostración de que el fútbol es resultado. Pero sin dudas la final perdida quedará marcada como un despojo. A Central le robaron el sueño de gritar campeón. Justo en el Mario Alberto Kempes.

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