José Odisio
A principios de los 90, Espn comenzó a llegar a Argentina con transmisiones con periodistas latinos. Y ese quiebre en la señal estadounidense permitió que algunos deportes catalogados como “yankees” comenzaran a consumirse. Y entre ellos surgió la NFL, con el famoso Superbowl como marca distintiva.
“Es parecido al rugby”, era el comentario desde la ignorancia que se escuchaba al explicar cómo se jugaba al “Fútbol Americano”. La realidad era otra. La única similitud era que la pelota tenía formal ovalada, aunque con otra dimensión y material. Desde el juego, dos deportes muy dispares.
Hoy no hace falta explicar de qué se trata. Incluso en Argentina hay varias ligas amateurs. Y sin dudas el momento más esperado, como en Estados Unidos y en el resto del mundo es el Superbowl, que esta noche a las 20.30 tendrá su versión 53 en el Mercedes Benz Stadium de Atlanta, con capacidad para 75 mil aficionados, y donde hace un mes se coronó campeón de la MLS el Atlanta United dirigido por el Tata Martino.
Una vez más estará en la final New England Patriots, extendiendo una dinastía que ya lo pone como el mejor equipo de la historia dela NFL. De las últimas 16 finales, los Patriots estuvieron en ¡nueve!, algo inusual para el deporte profesional que busca ser más equitativo de los Estados Unidos.
Con topes salariales rigurosos; una distribución igualitaria para los 32 equipos de los derechos televisivos; un sistema de selección de novatos (draft) que privilegia cada año a los peores equipos; y una distribución geográfica de la liga que evita que haya muchos equipos en ciudades cercanas, debería ser inviable que una franquicia consiga mucha hegemonía. Pero New England tiene a Bill Bellichik, tal vez el mejor entrenador de la historia, y a Tom Brady, que a esta altura le pelea mano a mano el título de mejor jugador al místico Joe Montana. Y con esos dos cracks, todo es posible.
Brady, de 41 años, buscará su sexto anillo, algo que no logró ningún otro jugador. Hoy comparte ese privilegio con Charles Haley, jugador que ganó dos anillos con San Francisco y 3 con Dallas.
Enfrente estará Los Angeles Rams, justamente la franquicia que le dio a Brady su primer anillo, en la final de 2002, que ganó New England 20-17 sobre los Rams, que en ese momento la ciudad de Saint Louis.
Y la final también se vende como un choque generacional. Brady tiene 41 años, y el mariscal de los Rams, Jared Goff, apenas 24. La mayor diferencia de edad entre dos mariscales finalistas: 17 años.
El ganador obtendrá el trofeo Vince Lombardi, galardón creado por la empresa Tiffany & Co, valuado en 25.000 dólares. Aunque el valor deportivo es infinitamente mayor.
Rating y publicidad
El Superbowl es el espectáculo deportivo con mayor rating televisivo del año. El año pasado lo vieron por TV 103 millones de personas, y una cifra similar lo siguió por distintas vías online.
Si alguien tiene alguna duda de la trascendencia del Superbowl, de los diez programas más vistos de la historia de la TV estadounidense, nueve son finales de la NFL. Apenas el último capítulo de la serie M.A.S.H. emitido en 1983 resiste en el puesto 8.
Esto genera que los 30 segundos de publicidad cuesten 5 millones de dólares, aunque las empresas que buscan estar invierten muchísimo dinero más contratando actores de primer nivel, cantantes consagrados, y a las mejores agencias publicitarias.
Desde aquel recordado lanzamiento de la Macintosh de Apple en 1984, dirigido por Ridley Scott, las marcas se esfuerzan por brillar. Este año hay anuncios donde estarán Harrinson Ford, Serena Williams, Michel Bubblé, Jeff Bridges, Maluma, Stev Carrel, Sara Jessica Parker, y muchos más.
Y hay un agregado. Los estudios cinematográficos usarán el Superbowl para lanzar los trailers de las películas más esperadas de 2019: Advengers (Endgame), Captain Marvel, Star Wars Episode IX y Toy Story 4.
El show del entretiempo
En Estados Unidos se dice que no hay Superbowl sin un show de entretiempo. Esos 20 minutos donde los equipos descansan y revisan sus tácticas en el vestuario permiten realizar espectáculos impactantes, dignos del Showtime yankee.
Michel Jackson, Lady Gaga, Madonna, Rolling Stones, Stevie Wonder, Phil Collins, Britney Spears, Whitney Houston y Paul McCartney tuvieron sus presentaciones icónicas, y este año será el turno de Maroon 5, banda de rock pop californiana, junto a los raperos Travis Scott y Big Boi.
Hubo polémica sobre el tema, ya que varios artistas negaron estar en Atlanta en apoyo a la discriminación que sufrió de parte de la NFL Colin Kaepernick, que en 2016 se arrodilló al entonarse el himno en protesta por la agresión racial que sufren las personas de piel negra en Estados Unidos.
Kaepernick fue multado, y muy cuestionado por el presidente Donald Trump (hincha de los Patriots), y aunque recibió el apoyo de muchos colegas que repitieron su gesto en partidos posteriores, hoy está sin equipo.
Pero la lucha de Kaepernick tuvo este año el apoyo de otros artistas, entre ellos Rihanna y Pink, que rechazaron las invitaciones para actuar durante el medio tiempo. También se negaron estar los raperos estrellas Jay-Z y Candi B.
Atlanta al menos consiguió que el himno, otra tradición de la fiesta, esté a cargo de Gladys Knight, artista de 74 años y oriunda de Atlanta, ganadora siete premios Grammy. Una artista negra para apaciguar el impacto. Al fin y al cabo, el show debe continuar.
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