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#balance2017

Submarino Ara, Santiago Maldonado y los 5 rosarinos asesinados en Nueva York

La pérdida del submarino ARA San Juan con 44 tripulantes a bordo, los absurdos asesinatos de cinco rosarinos durante un viaje en Nueva York y la desaparición y muerte del artesano Sergio Maldonado fueron las noticias más relevantes.


El año termina y la noticia de la aparición del submarino ARA San Juan con sus 44 tripulantes no pudo ser escrita aún y el misterio quedó como el evento más trascendente del año y también uno de los más difundidos por la prensa internacional. Además de la desaparición del navío, el país tuvo presencia en las principales tapas de los diarios del extranjero durante este 2017 por la muerte de cinco rosarinos que se convirtieron en víctimas de un atentado terrorista tras ser atropellados en Nueva York por una camioneta conducida por Sayfullo Saipov, un uzbeko de 29 años, radicalizado e inspirado en el grupo yihadista Isis. Otra noticia que traspasó las fronteras fue la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, quien fue visto por última vez con vida el 1° de agosto durante una protesta mapuche sobre la ruta 40 en la provincia de Chubut que fue desalojada por Gendarmería.

Último contacto

El submarino ARA San Juan cumplía tareas de patrullaje para evitar la pesca clandestina sobre la plataforma argentina. El navío había partido desde el puerto de Ushuaia en Tierra del Fuego con destino final en el puerto de Mar del Plata. El último contacto con la base de la Armada fue registrado a las 7.30  del 15 de noviembre.

Las primeras informaciones de la fuerza daban cuenta de que el navío “había sufrido algunos problemas de comunicación que podía ser de la alimentación eléctrica”. Dos días más tarde la Armada oficializó la desaparición del submarino y se inició un fuerte operativo de búsqueda y rescate. A las embarcaciones argentinas se sumaron los apoyos logísticos de los gobiernos de Brasil, Chile, Gran Bretaña, y Estados Unidos; luego se sumó Rusia. Estos últimos dos países con la más avanzada tecnología de punta.

Con todos los elementos disponibles se rastrilló la zona en la que se presumía que podía estar el ARA San Juan. A medida que pasaban los días las esperanzas de encontrar con vida a la tripulación se iban desvaneciendo.

El sábado 20 se confirmó que el submarino había tenido problemas con las baterías. Noticia que estuvo guardada bajo siete llaves por cinco días.

El vocero de la Armada de la base Mar del Plata reveló que el miércoles 15 de noviembre a las 10.51 existió un “evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión”, alrededor de tres horas después del último contacto registrado. Tras el anuncio, los familiares expresaron su indignación, enojo y, algunos de ellos, se mostraron resignados.

Numerosos contactos fueron investigados pero todos con resultados negativos. Hoy, a 46 días del último contacto no se termina de escribir una historia trágica que se llevó la vida de 44 personas y la frustración y resignación de los familiares.

Muertes absurdas

Lo que debía ser un viaje de placer entre amigos terminó de la peor manera. Diego Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi habían viajado junto a otros cinco amigos, todos ellos rosarinos, a la Gran Manzana en Nueva York para festejar los 30 años de egresados del Instituto Politécnico.

El destino se ensañó con ellos. El 31 de octubre fueron atropellados por una camioneta cuando iban en bicicleta por la vera del río Hudson en pleno Manhattan. No fue un accidente, fue un ataque terrorista en la que un extremista islámico perteneciente al Isis tomó la decisión de embestir a quien se le cruzara en el camino.

La noticia causó una terrible indignación; incluso el presidente Donald Trump pidió la pena de muerte para el asesino que causó la matanza.

Erlij, de 48 años, fue uno de los que incentivó el viaje y ayudó a costear los pasajes al grupo. Era un empresario reconocido de Rosario, propietario de una firma  que se dedica a la producción y comercialización de productos siderúrgicos.

El viaje lo planearon más de un año, luego de que en las reuniones periódicas que hacía el grupo de ex alumnos de la promoción 87 del Instituto Politécnico Superior General San Martín decidieran que en octubre viajarían a Nueva York.

Se cumplían 30 años de la graduación en el Poli, un instituto secundario que depende de la Universidad Nacional de Rosario, donde las exigencias del alto nivel de estudios de esa entidad forman grupos sólidos, inseparables.

Al regreso del viaje, este grupo de ex compañeros tenía previsto seguir con los festejos en Rosario, donde se iban a sumar otros ex alumnos que no habían podido viajar.

Fue otro golpe del terrorismo internacional, que esta vez se ensañó con los rosarinos que cometieron el único pecado de querer festejar entre amigos de toda la vida.

Caso Maldonado

Otra noticia que tuvo en vilo a todo el país y que trascendió a nivel mundial fue la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, quien acompañaba a la comunicad mapuche el 1° de agosto en un corte de la ruta 40, en Cushamen, Chubut, reclamando por la recuperación de tierras ancestrales, libertad económico-productiva y el reconocimiento de una identidad cultural. Allí fueron reprimidos por un escuadrón de Gendarmería.

Maldonado fue visto por última vez el citado día cuando era perseguido por personal de las fuerzas federales. El suceso fue recalentando el ambiente y numerosas marchas se hicieron en distintas ciudades del país, donde miles de personas pidieron por la aparición con vida del artesano platense de 28 años.

Hubo enfrentamientos verbales y acusaciones de todo tipo entre la familia y el gobierno. Mientras tanto la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, apoyaba incondicionalmente el accionar de la Gendarmería.

Fueron días de enorme tensión y el hecho fue caratulado con desaparición forzada. Finalmente el caso se llevó puesto al primer juez federal de la causa, Guido Otranto, objetado su desempeño por casi todo el mundo.

La familia Maldonado, al igual que organizaciones de derechos humanos, vieron con buenos ojos el nombramiento del nuevo juez Gustavo Lleral.

Se hicieron rastrillajes en la zona, incluso hubo un barrido en el río Chubut con resultado negativo.

Finalmente el 17 de octubre, en el tercer intento de búsqueda en el río Chubut, apareció el cadáver de Santiago, hallado por buzos de Prefectura a 1.500 metros de la comunidad mapuche del Pu Lof.

A partir de su aparición llegó el momento de realizar la autopsia. En total participaron 55 peritos, varios representando a la familia Maldonado. El resultado de los expertos determinó que Santiago murió “por asfixia por inmersión” coadyuvada por “hipotermia” y que no presentaba ni cortes ni golpes en el cuerpo. El resultado fue confirmado por el juez del caso, Gustavo Lleral.

Ante los indicios de la autopsia, la fiscal federal de Esquel Silvina Avila solicitó al juez el cambio de carátula de desaparición forzada por la de muerte dudosa, al sostener que “las pruebas recolectadas no son suficientes para sostener la figura penal de la desaparición forzada”. El juez Lleral respondió que “para el expediente no es relevante” salir de la desaparición forzada.

Un caso emblemático que todavía no está claro como las aguas del río Chubut.