La suba de tasas de interés para los plazos fijos dispuesta la semana pasada por el Banco Central de la República Argentina no estará ajena a la economía cotidiana de muchos argentinos. Es que la decisión tendrá impacto en el costo del uso de tarjetas de crédito, una de las herramientas más utilizadas en los hogares para financiarse.
La semana pasada la entidad monetaria decidió elevar dos puntos, a 39%, la tasa de interés que pagan los plazos fijos a 30 días. La decisión se tomó en medio de las negociaciones que lleva adelante el gobierno argentino con el FMI y, a través de un comunicado, el BCRA aseguró que fue “para reforzar las condiciones de estabilidad macroeconómica”.
Si bien la medida tendrá impacto directo sobre los plazos fijos, una de las herramientas elegidas por un sector que tiene posibilidad de ahorrar, también tendrá efectos sobre aquellos que utilizan la tarjeta de crédito como un modo de pago habitual, en algunos casos hasta para financiar compras de primera necesidad.
Luego del anuncio, el tope de la tasa nominal anual (TNA) de las tarjetas subió seis puntos porcentuales y pasó del 43% a 49% desde el pasado 6 de enero. Como 49% es el máximo de TNA que pueden aplicar las entidades financieras, queda en ellas si aplican un interés menor a sus clientes.
Uno de los motivos por los que durante el año pasado el Central no quiso aplicar una suba en los intereses respondía a esta cuestión: querían evitar que esa decisión tenga impacto en ciertos costos de financiación y consecuentemente en la actividad económica. Ahora se encuentran en una encrucijada, ya que los usuarios de tarjetas ven este anuncio como una mala noticia, mientras que el aumento que beneficiaría a los que ahorran a través de plazo fijo aún no llega a superar el nivel de inflación.
Durante 2021 la financiación del consumo a través de tarjetas de crédito creció un 38,1% y, si bien continuó siendo una opción elegida por los consumidores, se ubicó en cuarto lugar, por detrás de los créditos personales, prendarios y comerciales.
Diciembre fue el quinto mes con variación positiva en términos nominales para el uso de las tarjetas. Las operaciones registraron un saldo de $1.264.625, lo cual significa un aumento de 3,2% respecto al cierre del mes anterior, unos $38.766 millones por encima de noviembre, y también por debajo de la inflación esperada.
La decisión del Central tendrá impacto directo en el bolsillo de los consumidores que eligen esta opción para acceder a bienes en cuotas, lo que podría generar menos incentivo al consumo, una de las variables que dinamizó la actividad y traccionó la reactivación durante 2021.
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