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Sportsmen campeón

Por David Ferrara.- El verde quedará en la historia de la Liga Rosarina y será recordado por su particular forma de jugar. No dejó dudas y fue el mejor del año. Volvió Nocioni, ¿vuelve Delfino? TNA: fin de semana clave para Central LNB: Weber Bahía derrotó a Atenas

Por David Ferrara | El Hincha.- Hay equipos que hacen historia por sus nombres. Hay elencos que quedan marcados en el tiempo por sus éxitos. Y otros, que quizás no tienen tantos apellidos, o que no son multicampeones, pasan a formar parte del recuerdo colectivo por su filosofía de juego, por su estilo, por su firma particular que se rubrica a fuego en la memoria de los que presenciaron sus partidos. Pasa. En la NBA y también en el básquet de Rosario.

Y Sportsmen pertenece a esta última estirpe, porque desde que Cristian Le Bihan se hizo cargo del plantel, el Verde se identificó con una manera de sentir el básquet, desde su juego veloz, incisivo y por momentos insoportable en el rectángulo, pero también desde la austeridad en tiempos de los ostentosos. Y ganó, pero también perdió. Y se nutrió de pibes pero también de veteranos. Y subió a la Liga B, pero también descendió. Y acertó pero también se equivocó.

Pero nunca, nunca, Sportsmen se movió de esa idea. Y hoy, cuando festeja el título que se negaba desde 2002. Y hoy, cuando recibe su sexta corona local, habrá que reconocer el éxito de una idea, gustos al margen, críticas ridículas también (¿vale la pena aclarar lo tonto que es pensar que un equipo ganó 33 partidos y perdió 4 sólo gracias a los árbitros?).

Por eso cuando la chicharra explota, por eso cuando el humo verde empieza a ganar el techo del Planchado Marcuzzi, por eso cuando la familia de Sportsmen invade la cancha para confundirse en un abrazo, es imposible dejar de emocionarse. Cristian Le Bihan abraza y se funde en un mar de lágrimas con Pipa Ghirardi, con el Pelado Marchica, con el Mono Tripelli y con todos y cada uno de los pibes a los que reta día a día, partido a partido, pero a los que también conoce como nadie. Por eso son tan importantes los de adentro como los de afuera, los Sub 15 como los de reserva, porque en este plantel conviven todos y porque sienten al club como nadie. Y porque respetan a todos y cada uno desde su función, cuando pocos los respetan a ellos a pesar de lo ilógico que parezca.

Sportsmen es el campeón. Con justicia, inobjetable, tras una campaña brillante que le pone un broche a un proyecto de varios años que ya se había asegurado un lugar en la historia sin necesidad de éxitos. En algunos años alguien preguntará “¿Te acordás cómo corría el Sportsmen de Le Bihan?”. Tan simple como eso.


POSTALES DEL CAMPEÓN

La palabra de Le Bihan. Cristian Le Bihan explotó, se abrazó con todos y se emocionó. En Básquet Caliente, entrevistado por Jorge Leone, se quebró, pero dejó una frase sentida: “Somos un equipo así de chiquitito, pero con un corazón gigante”. Y remató antes de que le ganaran las lágrimas: “Estos chicos me emocionan, tienen un corazón enorme”.

Habló Pipa. Sebastián  Ghirardi, en la casi segura despedida del Verde, resumió: “Nadie daba nada por nosotros, pero demostramos que fuimos los mejores de la temporada y dejamos todo para salir campeón”.

La recuperó. Cristian Le Bihan se olvidó en el Marcuzzi la tabla en la que diagrama las jugadas, justo la del día del título. Un periodista la rescató y se la devolvió al DT para que la tenga de recuerdo.

Color. Más allá de los problemas que se dieron tras el final del juego, el partido tuvo un gran marco y entre los numerosos hinchas que llegaron desde Rosario para alentar al Verde, hubo algunos que no le escatimaron a una producción para lookearse.

Quieren otro título. Matías Baudracco e Iván Had se coronaron en la máxima categoría, pero ahora tendrá la chance de lograr la doble corona, ya que son integrantes del plantel de reserva del Verde.

Siguió el festejo. Tras la interrupción obligada de los festejos en Casilda, el plantel de Sportsmen Unidos retornó al Alfredo Figna para disfrutar con su gente. Todos, los que fueron a Casilda y los que no, se despacharon a gusto. Y luego el plantel la siguió en un bar de calle Pellegrini.

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