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La noche en que se escuchó la música más maravillosa

El sábado último, Spinetta y su potente banda, dieron un show en el que recorrieron buena parte de su discografía, incluidos un par de grandes temas, revalidando su sayo de padre del rock nacional.

Por: Daniela Barreiro

Si de rock nacional se habla, uno de los principales nombres que pasan por la mente de los argentinos es Luis Alberto Spinetta. Considerado como “el maestro” por sus colegas, el Flaco logró convertirse, con más de treinta años de carrera, en uno de los artistas más queridos y admirados de la escena nacional. El sábado por la noche y durante más de dos horas de show, Spinetta volvió a demostrar por qué es merecedor de esos reconocimientos.

Rondaban las 10 de la noche cuando el Flaco subió al escenario del salón Metropolitano y sin preámbulos dedicó el show que estaba a punto de comenzar a Gustavo Cerati, a su sobrino nieto y a su consuegro que cumplía años y se encontraba entre el público. “Viaje y epílogo”, fue el tema elegido para dar el puntapié inicial, una canción que pertenece al disco Bajo Belgrano, que grabó en 1983 con la banda Spinetta Jade.

Un inicio que dejó a la gente inmóvil en sus lugares mientras oía atentamente y apreciaba esa poesía elaborada que se desprende de las letras de los temas de Spinetta y que crecen con el tiempo como los buenos productos. Y fue así que haciendo gala de su extensa carrera, el Flaco interpretó temas de todas las épocas como “Sombra en los álamos” y “Calesita, cabecita”. Entre esas dos composiciones de los 80 se entremezcló una sentida versión de “Las cosas tienen movimiento”, de Fito Páez.

Sin duda, fue emotivo ver como el Flaco, después de tantos años de trayectoria, conserva intacta la humildad y la frescura; como pocos músicos hacen, anunció el nombre de cada tema que iba interpretando, nombró a sus autores y destacó, cada vez que pudo, a los músicos que lo acompañaban.

La noche continuó con “La bengala perdida”, del recordado disco Tester de violencia; “Cementerio club”, del discazo Artaud, que compuso en la época de Pescado Rabioso, y “Asilo en tu corazón”, perteneciente a La la la, material que grabó junto a Páez.

A la hora de puntear la viola, Spinetta demostró que además de ser un excelente compositor e intérprete, es un eximio instrumentista; sus rítmicas y sus primeras guitarras amplían realmente las fronteras del rock y suenan tan estilizadas como inquietantes.

Tras la interpretación de “Un viento celeste”, el Flaco presentó al rosarino Claudio Cardone, el tecladista que lo acompaña hace ya varios años y se retiró junto al resto de la banda para dejar a los presentes oyendo una exquisito y nostálgico tema que interpretó el músico oriundo de Rosario.

Después, la banda, también compuesta por Nerina Nicotra en bajo y Sergio Verdinelli en batería, volvió a subir al escenario para hacer el bellísimo “Alma de diamante”, del repertorio de Spinetta Jade, y una versión singular del recordado tema de Charly García “Filosofía barata y zapatos de goma”, que la gente coreo aceptando el guiño al “otro flaco del rock nacional”.

Si bien la noche se presentó como un “viaje en el tiempo”, un recorrido por las gloriosas épocas del rock argento de la mano de uno de sus factotums, también estuvieron presentes los temas del último disco de el Flaco, Un mañana, del que sonaron “La ventana” y, más tarde, “Canción de amor para Olga”.

Y el recorrido tuvo parada también en “Guitarra”, una canción que compuso Atahualpa Yupanqui y que musicalizó León Gieco, quien también participó junto a Spinetta en la composición del tema interpretado a continuación, “8 de octubre”. “La disminución de los accidentes de tránsito no se debe a esta canción, sino a que la gente está tomando conciencia de que debe respetar la vida”, anunció el músico antes de comenzar con el tema.

El recital continúo con “Preso ventanilla”, otra de las canciones de su último disco, y “Alma de piedra” perteneciente al EP editado en 2004.

Allí fue que hizo su ingreso el guitarrista Baltasar Comotto, un artista joven que supo ganarse rápidamente la admiración del público con una entusiasta primera viola con punteos tan iluminados como precisos. Sin tapujos, Spinetta destacó su espíritu aplicado. Los presentes pusieron entonces toda su atención en las habilidades de Comotto, quien se lució en el tema “Amor de verdad”.

“Yo miro tu amor”, “Mi elemento” y “Un vuelo al fin” fueron los temas elegidos para terminar la velada de excelente rock que fue coronada, tras el pedido del público, con una versión más pausada de “Rutas argentinas”. “Tenemos que terminar, mañana hay que levantarse para ver Irak/Santiago del Estero”, bromeó el Flaco haciendo alusión al Mundial de Fútbol que acapara la atención de los argentinos en los últimos días.

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