Política

Panorama político

Sostener la unidad, el desafío del PJ rumbo a las elecciones de medio término

Primarias en la provincia y listas de unidad en el plano nacional: esa es la premisa del peronismo santafesino. La revalidación de las gestiones de Alberto Fernández y Omar Perotti orienta un complejo rompecabezas electoral signado por la pandemia y la crisis económica


Todos los dirigentes consultados coinciden en un punto: el país, y por tanto la provincia de Santa Fe, atraviesa una situación delicada, atípica, de la cual no hay antecedentes. Los esfuerzos están orientados a minimizar el impacto de la pandemia del coronavirus, en especial ahora con el fuerte rebrote de la segunda ola y las nuevas cepas que complejizan –aún más– el escenario sanitario. En este contexto, la rosca política y las negociaciones por las alianzas y las candidaturas para las elecciones de medio término resultan un tema del todo ajeno para la ciudadanía, más preocupada por la salud y por la economía que por la renovación de los cargos legislativos.

Sin embargo, la política ya puso en marcha el proceso electoral, aun cuando persisten algunas dudas sobre las fechas de los comicios. Y, en ese marco, el peronismo de la provincia de Santa Fe enfrenta un doble desafío: revalidar en las urnas la gestión de Omar Perotti y sostener el esquema de unidad que en 2019 le permitió al PJ recuperar el poder después de 12 años de gestiones del Frente Progresista. No es poco; por eso sus principales referentes ya trabajan en el armado de las propuestas electorales locales y nacionales.

“Nuestra responsabilidad es gestionar la provincia y la Nación en medio de la pandemia”, aclara un dirigente del PJ santafesino que tiene línea directa con el gobierno nacional. “Hoy no es prioridad el armado electoral”. Entre las principales urgencias, enumera la ayuda para los sectores más castigados por las medidas restrictivas que se tomaron para mitigar la pandemia y el refuerzo de un sistema de salud que el año pasado estuvo al borde del colapso y este año enfrentará un desafío todavía mayor. Por ese motivo, el avance de la campaña de vacunación contra el covid aparece, para los oficialismos de todo el país, como una luz de esperanza hacia el lejano horizonte de la “nueva normalidad”.

Nadie lo admite en voz alta, pero la crisis desatada por el coronavirus también puede resultar una oportunidad política para los oficialismos. Así, se empieza a perfilar el tono de la próxima campaña: no serán esta vez las promesas hacia adelante; más bien, se centrará en el repaso de las políticas públicas que se llevaron adelante en 2020 y 2021 para contener la pandemia, cuidar el empleo y los ingresos de los sectores bajos y medios y sostener en pie un sistema sanitario que, sin refuerzos, hubiera ido derecho al colapso. No hace falta alejarse mucho para trazar comparaciones: con observar lo que ocurre en Brasil basta y sobra.

 

Unidad en la diversidad

En Santa Fe, los distintos espacios internos del PJ tienen previsto ir a primarias para dirimir las candidaturas locales (concejales y comisiones comunales) bajo un mismo paraguas: en 2019 se llamó Frente Juntos y es probable que este año sea bautizado Frente de Todos, en línea con la denominación que llevó a Alberto Fernández a la Presidencia de la Nación. En cambio, para los cargos de legisladores nacionales, buscarán sellar un acuerdo de unidad que contenga a todos los espacios antes de definir las postulaciones. Este año, la provincia renueva 9 de sus 19 bancas en la Cámara de Diputados y además elegirá tres senadores nacionales para los próximos seis años.

Primarias en la provincia y unidad en el plano nacional: esa parece ser la premisa del peronismo. Lo explica Ricardo Olivera, presidente del partido a nivel provincial: “Nosotros somos defensores de resolver las candidaturas en las Paso porque no vemos otra posibilidad. En los partidos mayoritarios es muy difícil plantear listas únicas en los lugares donde puede haber tres, cuatro o cinco candidatos o candidatas”.

Mucho antes que los nombres propios, el PJ intentará cerrar un esquema amplio de alianzas con sus aliados históricos. “En la última elección (2019), conformamos una alianza de 15 partidos; calculo que este año vamos a poder recrear algo muy parecido, esa es nuestra intención”, explica Olivera el armado que llevó a la victoria a Omar Perotti y Alejandra Rodenas. Para ello, el peronismo convocará entre fines de abril y principios de mayo al Congreso Provincial del partido en busca de convalidar los acuerdos electorales y definir estrategias. Ese será el primer paso formal hacia los comicios de medio término.

En la mesa de conducción partidaria están representados todos los espacios internos: además de Olivera –el arquitecto de la “unidad en la diversidad” de 2019–, allí participan Norma López por la Corriente de la Militancia que lidera Agustín Rossi, Silvina Frana por el sector de María Eugenia Bielsa, Eduardo Toniolli por el Movimiento Evita, Marina Magnani por La Cámpora, Luis Rubeo por los diputados, Rubén Pirola por los senadores provinciales y Mery Criado el representación de la senadora nacional María de los Ángeles Sacnun, una de las principales espadas de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Santa Fe.

“Nosotros intentamos que nadie quede afuera”, asegura Olivera. “Cada uno de los espacios tiene representatividad como para sentarnos en una mesa a definir la estrategia electoral. Y además queremos darle mucha importancia al rol de las departamentales; tenemos un diálogo y una relación muy fuerte con los secretarios de los 19 departamentos, ellos saben lo que pasa en cada distrito y a partir de eso podemos ir definiendo las estrategias de acuerdo a la territorialidad: no es lo mismo la estrategia para Rosario que para Reconquista”.

 

Con todas y todos

El fuerte enfrentamiento entre la Casa Gris y los senadores provinciales que responden a Armando Traferri parece haber quedado atrás. La renuncia de Marcelo Sain y la asunción de Jorge Lagna –un peronista ortodoxo– al frente del Ministerio de Seguridad descomprimió el frente interno, que apenas cuatro meses atrás era un hervidero. “En el partido tenemos claro que es con todas y todos”, resume Olivera, sin mencionar a Traferri aunque la alusión resulta inequívoca.

Zanjado por el momento el ruidoso episodio Sain-Traferri, el peronismo de la provincia se abocará en las próximas semanas a resolver las incógnitas que persisten de cara al doble turno electoral. Definido el esquema de primarias para los cargos de concejales y comisiones comunales, los referentes partidarios avanzarán ahora hacia el armado de las listas de diputados y senadores nacionales, donde tallará fuerte la opinión del triunvirato Alberto-Cristina-Perotti.

“El esquema nacional es diferente al de la provincia”, aclara Olivera. “Primero necesitamos acordar una lista de legisladores que tengan en claro la defensa del proyecto de Alberto y Cristina y que represente los intereses de la provincia. Me parece que ahí es más posible acordar una lista de unidad. Éste es un diálogo del cual podemos participar, pero hay actores de peso a nivel nacional que seguramente van a tener mucho para decir”. Léase: el presidente, la vicepresidenta y Agustín Rossi, el único santafesino que integra el gabinete nacional.

En la categoría de senadores –la madre de todas las batallas– se empezará a definir la pole position de la carrera hacia la gobernación. En Juntos por el Cambio, radicales y macristas ya discuten nombres propios con ese objetivo; en el Frente Progresista ocurre lo mismo y todas las miradas están puestas en la decisión que vaya a tomar Miguel Lifschitz.

Para el peronismo santafesino el desafío es doble. Por un lado, el partido de gobierno tiene que perfilar este año al candidato o la candidata a la gobernación para 2023; por otro lado, el PJ pone en juego dos bancas en el Senado –la restante la ocupa Carlos Reutemann por el PRO– y el gobierno nacional necesita revalidar esos escaños para conservar la mayoría que hoy ostenta en la Cámara alta.

Los dos senadores del oficialismo –la cristinista María de los Ángeles Sacnun y el perottista Roberto Mirabella– están lanzados a la carrera electoral desde el año pasado, ambos en busca de un nuevo mandato. Las opiniones de Alberto, Cristina y Perotti influirán en el armado de esa fórmula, atentos los tres a un detalle que no es menor: si el peronismo sale segundo en la provincia, solo ingresará un senador. De allí que toda la atención –y las pulseadas que se avecinan– estén centradas casi exclusivamente en el orden en que se componga esa lista: Mirabella-Sacnun o Sacnun-Mirabella. No parece haber lugar, hoy, para nuevas figuras. Pero todo puede pasar.

En la categoría de diputados la hoja está en blanco. Los referentes consultados por El Ciudadano guardan los nombres propios bajo llave. No obstante, es posible adelantar que Agustín Rossi no será de la partida este año, ya que está dedicado full time a su tarea como ministro de Defensa y al despliegue de las Fuerzas Armadas en tareas de asistencia vinculadas a la pandemia. Uno de los principales referentes de su espacio, el jefe del bloque de diputados provinciales del PJ Leandro Busatto, suena como posible cabeza de lista para la lista de diputados nacionales.

Busatto no quiere irse a Buenos Aires a calentar una banca en el Congreso, pero no descarta una posible candidatura. Para el joven y experimentado diputado –que transita su tercer período consecutivo en la Legislatura– esta elección es una oportunidad de oro para tener mayor visibilidad en la provincia y posicionarse de cara a 2023.

Por el momento, Busatto considera que no es tiempo de hacer nombres propios sino de definir la estrategia y el mensaje que el peronismo ofrecerá al electorado. “La premisa es poner a consideración de la gente las gestiones de Alberto y de Perotti. Para eso hay que tener un peronismo unido, con todos los sectores representados”, sostiene el diputado provincial.

“La mejor campaña es una buena gestión”, reza una máxima de la política que puede parecer una frase hecha, pero, en definitiva, es una regla de estricta observancia. En el peronismo lo saben muy bien. Serán los ciudadanos y las ciudadanas, en las urnas, quienes valoren con sus votos los resultados de las gestiones nacional y provincial.

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