Ciudad

Crimen del diputado Armas

Sospechoso del asesinato se negó a rueda de reconocimiento

Acumula dos causas anteriores que lo tienen con una pistola en la mano donde fue sobreseído. Este jueves se cumplen 32 años del homicidio.


El diputado fue asesinado el sábado 8 de febrero de 1986 en el tercer piso del edificio de cocheras de Paraguay y Córdoba. Foto: Pablo Soria

Este jueves se cumplen 32 años del asesinato de Mario Domingo Armas, el diputado provincial del Partido Demócrata Progresista (PDP). Dos tiros. Uno en la panza y otro en la cabeza terminaron con la vida de un político de 71 años y que cosechó más de 130 mil votos en la vuelta a la democracia. La investigación por saber quién fue no avanzó en 30 años hasta que su hijo, Mario Lisandro, cumplió la edad que tenía su padre al morir, siguió una pista y recuperó dos testimonios que coincidían en un sospechoso. En 2017 pidió reabrir la causa, que sumó nuevos testimonios y un allanamiento a la casa del único sospechoso. Al borde de la feria judicial el señalado por apretar el gatillo entró a Tribunales Provinciales y declaró. Negó haber asesinado a Armas a pedido del abogado Héctor Cerruti y el ex gobernador José María Vernett. El hombre también dijo que no a una rueda de reconocimiento. Sus abogados pidieron la prescripción. Este jueves, cuando la familia Armas y el PDP montará un acto en memoria del diputado en La Toma (Tucumán y Corrientes), El Ciudadano recupera las causas en las que estuvo involucrado el sospechoso, Raúl Campilongo.

Contemporáneo

Hace rato que Campilongo pasó los 70 años. También conoce los pasillos de los Tribunales Provinciales. Los caminó mañanas enteras con el abogado y luego presidente de Newell´s Old Boys, Walter Cattaneo y otros camaristas antes en convertirse en el agente S para el batallón 125 de Posadas como personal civil de inteligencia. Un año antes de la vuelta a la democracia Campilongo volvió a Rosario para sumarse a las filas del batallón 121 en la zona sur. El 1° de marzo del año siguiente testigos dijeron que formó parte de la patota que sacó a Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi del bar Magnum.

Cuando José María Vernet ganó las elecciones Campilongo entró a comandar la delegación sur Dirección Provincial de la Vivienda. Él entregó 17.500 hogares en pocos años y sentía que no podía caminar por la calle sin que alguien le pidiera un favor. En 1984 el militar fue vinculado al robo a los Tribunales cuando dos personas vestidas de policías amenazaron un lunes por la madrugada a los custodios, los ataron y cargaron documentos y pruebas que el juez Francisco Martínez Formoselle había secuestrado en dos allanamientos. Eran pruebas de la causa n°6 que involucraba al ex jefe de la policía rosarina durante la dictadura: Agustín Feced, sobre quien aún en 2018 no se cerraron los juicios de lesa humanidad.

En 1987 Campilongo dejó la función pública y volvió a recorrer los juzgados para el estudio de Héctor Cerruti, especializado en conflictos laborales y conocido por los sindicalistas de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM). No todo era trabajo. El ex agente S manejó una confitería bailable, pero la suerte no lo acompañó. A mitad de año estuvo 20 días detenido porque el abogado Jorge Majul, un ex compañero en la Dirección Provincial de la Viviendas y amigo de Cerruti, lo acusó de haberle disparado cuatro tiros. Majul sobrevivió y hoy camina con 3 balas en el cuerpo. La Justicia le quitó a Campilongo una pistola Pietro Beretta calibre 22, pero no encontró más pruebas para procesarlo. En 2015 el expediente fue destruido al pasar más de 15 años sin ninguna foja nueva.

Campilongo volvió a la vida pública cuando el ex agente de Inteligencia, Eduardo Tucu Costanzo lo señaló como parte del secuestro y homicidio de Cambiasso y Pereyra Rossi en 1983. A mitad de la década pasada la Justicia ofreció una recompensa por él y otros ex agentes civiles que fueron procesados en la causa como el ex arquero de Rosario Central, Edgardo El Gato Andrada. Campilongo se entregó, estuvo un año con prisión preventiva y le dictaron falta de mérito y hace poco la Cámara de Casación confirmó la decisión.

No fue la última vez que tuvo que responder ante la Justicia. El 22 de diciembre declaró por la causa que busca al asesino del diputado Armas. “Yo a este hombre no lo vi nunca”, dijo. Respondió 15 preguntas del fiscal Marcelo Vienna y pidió que declaren la prescripción. “No creo en estos tipos. No sé quién es la persona que me va reconocer. No sé si le han mostrado fotos mías. Ya han pasado 30 años y no creo en esta gente. Esa es la realidad, sino no tendría inconveniente”, declaró al negarse a ser reconocido por un testigo que vio a un hombre de traje marrón y bigote colorado entrar al ascensor del edificio de estacionamiento de Paraguay 842 momentos antes de que dos disparos terminaran con la vida del diputado Armas. Después de descartar que el asesinato fuera en un intento de robo o por ajustes de cuentas la hipótesis de la familia giró a un crimen político: alguien mató al diputado porque estaba en la Comisión de Acuerdos de la cámara baja y molestaba a Cerruti y Vernett en la designación de jueces.

Cita

Este jueves desde las 19 en La Toma (Tucumán 1349) familiares, integrantes y militantes del PDP realizarán un homenaje a Mario Domingo Armas.