Caracterizando su estilo como “músicas del mundo”, no sorprende que el primer disco de la Orquesta Informal de Rosario (OIR) se titule Viajando. Sucede que esta banda-orquesta, que viene trabajando en la ciudad desde 2009, aborda diversidad de géneros como el ska, reggae, swing, música balcánica, rock y tango, entre otros, logrando un sonido distintivo que viaja por distintas latitudes. Con esta propuesta, la formación recorrió buena cantidad de escenarios tanto dentro como fuera del país, y consiguió en cada presentación generar “un ambiente festivo, un ritual”, como lo caracterizó Sergio Provenzano, su vocalista. El material editado y replicado en Buenos Aires con el apoyo del Instituto Nacional de la Música (Inamu) tendrá su presentación oficial en el Reventón Cumbiero: Edición Informal que se llevará a cabo el sábado, a partir de las 22.30, en el Club Asociación Japonesa (Iriondo 1035). Tras el show de la OIR tocarán Los Peñaloza, con un cierre cumbiero para la velada.
En sus siete años de carrera, la OIR sufrió varias mutaciones, cambios de integrantes, instrumentación y, por tanto, estilo. “Antes, la orquesta estaba apuntada a ser más de cámara o de escucha, una orquesta contemporánea. Ahora es una banda-orquesta más latina; fue algo que se dio naturalmente”, dijo Provenzano aunque identificó un quiebre. “En un recital que hicimos junto a Una Cimarrona en la Alianza Francesa empecé a saborear el ritual de la banda con la gente y me gustó. Fue más que nada un proceso interno, pero empecé a componer temas que tienen que ver con eso; con lo festivo, con ese ritual que se genera”.
Después cambiaron los músicos: se sumó Franco Dolci (Narguile/Una Cimarrona), quien agregó un “tinte gitano”, y comenzó un proceso en el que la OIR “pasó de ser una orquesta de covers a una banda con mayoría de temas propios”, según contó el también guitarrista, al tiempo que remarcó que Viajando es, en ese marco, “un disco con mayoría de temas propios y un nuevo concepto sonoro, más latino, más gypsy”.
La formación actual se completa con David Rolle (trompeta), Andrés Riba (bajo y contrabajo), Lautaro Barreto (trombón), Iván Lastra (batería) y Martín Alabano (bandoneón y percusión).
“Algunos temas se hicieron viajando y la otra mitad te hacen viajar”, definió Provenzano acerca de los 11 tracks que componen el nuevo disco, “un recorrido por ritmos que te transportan a distintas partes del mundo”. Una base en la que Provenzano se posa para contar su vida, sus historias y vivencias. “Es terapia; el disco tiene canciones que hablan de amor y dos tangos porque me encanta la lírica del tango; sacamos la poesía y las hicimos flamenco y salsa”, puntualizó sobre “Nostalgias” y “Por una cabeza”.
“El sonido de la banda es súper rosarino, más allá de que tenga mucha influencia de músicas de afuera –describió–. Está el violín y los vientos pero también está el bandoneón, que le da un color súper tanguero”.
Es que la OIR “tiene de todo”, como aclaró Provenzano, incluso dos facetas: por un lado realiza shows privados y en grandes hoteles y por el otro, en el under rosarino, tocan en fiestas, participan de la Nasty Rock y se presentan en espacios como el D7. “La banda en vivo es diferente al disco; el material se pensó para ser escuchado. En vivo vamos a hacer temas nuevos (más festivos), que van a formar parte del próximo disco”.
“El trabajo entre los músicos no es difícil porque estamos súper amalgamados. Lo difícil es salir a la calle, organizar una producción. Lo que vamos a hacer en la Asociación Japonesa es toda una apuesta para nosotros, porque estamos acostumbrados a tocar en lugares que te brindan la técnica, el sonido y que tienen algo de público propio pero estás a merced de ellos con horarios y días. Así que decidimos apostar a lo independiente, volver a las fiestas de los clubes. Eso es difícil, porque hay que poner mucha plata de entrada y no sabés si el público se va a sumar con la crisis que estamos viviendo. El público rosarino está muy acostumbrado a un alto nivel de músicos, hay mucha oferta; todos los fines de semana tenés bandas muy buenas. Es difícil porque es competitivo, pero cuando la gente se copa, se copa. Últimamente nos pasa que tenemos seguidores, está buenísimo”, concluyó orgulloso.
