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“Soñé que Alexis seguía vivo, no pierdo la esperanza”

Andrea Ruiz, la joven argentina que resultó herida el jueves al ser golpeada por una gran ola en una cueva de Cala Serena, en Felanitx, rememoró lo ocurrido a un diario español desde el hospital de Manacor. "Debía ser algo bonito y fue una tragedia", aseguró.


andrea-dentro“No pierdo la esperanza. No quiero perder la esperanza. Ayer soñé que Alexis estaba vivo, agarrado a una roca”. Los ojos de Andrea Ruiz se humedecen y caen lágrimas. Ingresada en el hospital de Manacor cuenta a DIARIO de MALLORCA el drama vivido el pasado jueves, cuando fue golpeada por una ola enorme en el interior de una cueva de Cala Serena. Dos de sus amigos y ella resultaron heridos, mientras que otro desapareció, arrastrado por el mar.
Su estado de salud va mejorando poco a poco. “Yo estoy bien, aunque me duele todo…”. Le han puesto grapas en la cabeza y pies. Sufre lesiones en cara, manos y antebrazo. También le han puesto un tornillo en el codo y tiene las piernas llenas de golpes.
Pese al grave suceso, luce a menudo una sonrisa muy expresiva y su carácter amable evidencia su naturalidad. “Mucho no recuerdo. Cuando salí de la cueva tuve una especie de bloqueo mental. Fue un susto muy grande”.
“Nosotros ya conocíamos esta cueva”, cuenta. “En 2012 ya habíamos bajado un día que llovía. Teníamos curiosidad por ver el paisaje. Era muy bonito porque las olas hacían un espectáculo al romper con las rocas. Muy hermoso. Además para acceder se dispone de un pasillo y escaleras a propósito”. Pero el pasado jueves el espectáculo resultó totalmente distinto. “Era bien temprano, las nueve de la mañana. El primero en bajar fue Alexis, seguido por Juan Pablo, Federico [novio de ella] y yo la última. El agua estaba retirada y por eso podimos descender. Hasta que llegó la ola. El golpe de mar nos engulló y expulsó. A mí me lanzó hasta el techo, contra el que choqué, y caí hacia las escaleras. No sabes cuánta fuerza tenía el mar y el viento. Nunca había experimentado algo así. Al ver a mi novio con la cara llena de sangre salí enseguida en busca de auxilio. Si no salíamos de allí nos moríamos todos. Me desesperé y salí a pedir ayuda. Ni me di cuenta de que tenía el brazo quebrado. Y luego no me acuerdo de nada. Me dicen que pedí ayuda a una vecina. Juan Pablo se dio un fuerte golpe en la cabeza y quedó inconsciente. Federico pudo atraparlo y retenerlo abrazándolo y sujetándolo también entre sus piernas. Al ser ellos dos escaladores, yo pedí una cuerda. Y una vecina trajo cuerdas y otra, mantas. Afortunadamente conseguimos sobrevivir, y confío en que Alexis siga vivo”.
Andrea, originaria de Ituzaingó (provincia de Buenos Aires) y ahora desempleada (su novio trabaja en un hotel de la zona de Cala Serena), vuelve a emocionarse.
Lo vivido ese día nunca se olvidará. “Tenía que ser algo bonito y terminó siendo tragedia”, lamenta. A la pregunta de qué consejos da a los ciudadanos que visitan la costa cuando hay temporal, contesta rápidamente: “Máxima precaución. Por muy bonita que sea la naturaleza, esta no mide sus fuerzas y puede ser cruel”.
El recuerdo del desaparecido Alexis sigue presente en todo momento. Al describirle revela extraordinaria sintonía y estima. “Alexis es un sol. Muy bueno. Muy tranquilo. Toca la guitarra y le gusta muchísimo cantar. Tiene novia y es muy aficionado a la fotografía. Gran persona”.

Fuente: www.diariodemallorca.es

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