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Sonda nipona se apresta a tocar lejano asteroide en busca del origen de la vida

Es la Hayabusa2 (Halcón peregrino), lanzada en diciembre de 2014. Viajó casi cuatro años para llegar hasta Ryugu, de 900 metros de diámetro y que contiene materiales "puros" del momento en que nació el Sistema Solar. Es la segunda fase de una misión exitosa


La sonda robótica japonesa Hayabusa2, actualmente en la órbita de un asteroide, intentará tocar este cuerpo interestelar el 22 de febrero, anunció este miércoles la agencia japonesa de exploración espacial (Jaxa).

El intento está previsto para las 8.15 hora local, y será transmitido en directo por internet. Hubo una primera fecha anterior, pero el contacto con el asteroide porque los científicos encargados de la misión pidieron más tiempo para ajustar los detalles.

La aventura Hayabusa2 empezó el 3 de diciembre de 2014. La sonda partió para un largo viaje de 3.200 millones de kilómetros. Necesitó tres años y diez meses para llegar a su destino. En junio último, logró estabilizarse a 20 kilómetros de Ryugu, asteroide con forma de diamante de 900 metros de diámetro.

En octubre, lanzó sobre el asteroide un pequeño robot franco-alemán, Mascot, que durante más de 17 horas analizó la composición del suelo de este cuerpo rocoso primitivo.

A través de un proceso mecánico de impacto de una masa, Hayabusa2 tendría que realizar una operación de recolección de polvo. El ambicioso objetivo final es contribuir a enriquecer el conocimiento del entorno espacial de la Tierra, “para comprender mejor la aparición de la vida” en el planeta, según la agencia Jaxa.

Segunda parte

La misión es sucesora de Hayabusa –halcón peregrino–, que se extendió entre 2003 y 2010.​ Está planeado que la segunda misión abandone al asteroide en diciembre de 2019 y regrese a la Tierra un año más tarde, en diciembre de 2020.

Un asteroide clave con materiales “puros” del Sistema Solar

Ryugu (en un principio bautizado 1999 JU3) es un asteroide de tipo C primitivo perteneciente al grupo Apolo. Se cree que este tipo de cuerpos preserva los materiales más cercanos al inicio del Sistema Solar (una mezcla de minerales, hielo y compuestos orgánicos que interactúan entre sí). Es por eso que confían en que su estudio permita obtener información adicional acerca de la formación de los planetas interiores y el origen del agua y la vida en la Tierra.​

La primera misión Hayabusa consiguió traer a la Tierra muestras de otro asteroide, el Itokawa, en 2010. Su sucesora sigue sus líneas generales, pero también incorpora mejoras en los subsistemas de la nave. Tiene un más sofisticado sistema de propulsión iónica, de tecnología de navegación y guiado, tanto como antenas y sistema de control de altitud más finos. Incorpora además nuevos instrumentos, como varios rovers, un aterrizador y un artefacto explosivo que permite crear un pequeño cráter y acceder a capas más profundas del asteroide.

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